La recuperación patrimonial de la Capilla de Catalve, que está dedicada a la Virgen del Carmen en la Villa Calingasta ya es una realidad e impacta el laborioso y detallista trabajo para consolidar una estructura que tiene más de 200 años y ha sobrevivido al paso del tiempo y a sus fenómenos, entre ellos, los terremotos.
La labor que inició en noviembre de 2020 y que contó con el apoyo de la Municipalidad de Calingasta demandó un trabajo articulado. Debido a que se trata de una construcción considerada patrimonial en nuestra provincia, el arquitecto Jorge Martín a cargo de la dirección de esa área fue quien elaboró en mayo de 2020 un informe detallado acerca de los trabajos que debían realizarse para poder recuperar y evitar un daño estructural de consideración en uno de los edificios emblema del departamento.
El director de Turismo y Cultura de Calingasta, Heber Tapia señaló a Diario La Provincia SJ que “gracias al trabajo de Patrimonio, tuvimos un detalle de las intervenciones que eran necesarias en la capilla. De manera que se encara un trabajo de recuperación patrimonial y por tanto, todo lo que se realiza debe estar autorizado por la Dirección pertinente. Fue muy importante el aporte de la comunidad y gracias al comprometido trabajo, ya se definen sólo los detalles”.
En esta obra, fueron los vecinos quienes se comprometieron y realizaron donaciones de materiales que se sumaron e hicieron al presupuesto de 3 millones de pesos calculados para devolver no sólo el esplendor a la Capilla sino consolidarla en su estructura. “Ellos hicieron donación de bolsas de cemento para la impermeabilización de cunetas y sumaron materiales que hacían falta para la galería como el aporte de palos, cañas, entre otros elementos”, destacó el funcionario.
La mano de obra es 100% local y fueron los integrantes del grupo “Los Horneros” quienes quedaron a cargo de la ejecución, tras sus exitosas intervenciones en la recuperación de la primera cárcel y del primer cine calingastinos, ambos ubicados en el casco histórico fundacional en Tamberías.
Ellos encararon minuciosas tareas de distinta complejidad, señaladas por la Dirección de Patrimonio entre ellas, la reubicación de postes de energía eléctrica ya que los que estaban emplazados podían desplomarse sobre la capilla; limpieza general y retiro de escombros de techos y desagües, la impermeabilización de acequia de riego frente al predio y la erradicación de especies forestales secas.
Sobre la estructura en sí, se planteó la realineación o nivelación de la viga de borde de la galería, lugar que encendió las alarmas acerca del estado de conservación de la capilla; el retiro de exceso de carga de cubiertas de techo y el reemplazo de cañizos dañados y deteriorados y de piezas de madera, deformadas, rotas o deterioradas o bien colonizadas por insectos.
Los Horneros también retiraron vigas metálicas recticuladas, sustituyeron elementos rotos y/o desgastados de la escalera, tanto en barandas como en peldaños y trabajaron en la colocación de una puerta trampa con babeta. Además, trataron la erosión en los muros por perdida de agua, escorrentía de aguas de lluvia o lluvia y los paramentos de los muros (sobre todo, revoques y blanqueado).
Además, procedieron a retirar zócalos de material cementicio y luminarias no originales adosadas a los muros, lo que consolidó la labor para rediseñar y ejecutar una nueva instalación eléctrica.
Una vez que la consolidación y todos los detalles estén listos y revisados por las autoridades pertinentes, la Capilla de Catalve lucirá renovada y fuerte, en una nueva pelea ganada contra el tiempo.
