La escena era atípica. Calles vacías, vecinos mirando por la ventana y agentes sanitarios y de seguridad circulando con máximo control. El barrio Justo P. Castro I se convirtió este miércoles en la tarde en el primero aislado por posible circulación viral. Un hombre de 74 años, que vive y trabaja en el lugar, dio positivo con coronavirus y se activaron todas las alarmas.
Ante este escenario, el barrio quedó aislado y nadie podrá circular durante 7 días. Con un megáfono la policía de San Juan fue la encargada de dar la notificación a todos los vecinos y muchos no podían creer lo que estaba ocurriendo.
"No nos dejan salir a hablar entre nosotros, los kioscos han cerrado. Nos han dicho que no nos podemos parar en las veredas o calles. Estamos todos desorientados", comenzó explicando Silvina Rey, vecina del barrio a Diario La Provincia SJ.
En cada punto de ingreso al barrio hay un vallado de rejas que evita la circulación. Un grupo de policías con varios móviles están apostados y van dando las indicaciones a todos los que llegan hasta allí. Reciben consultas y las evacuan con una clara y concreta respuesta: nadie puede salir y el que entra ya no sale.
Una camioneta se acerca hasta el lugar y el conductor, mayor de edad, le aclara que su hijo vive ahí, que quiere verlo y llevarle unas cosas. Pero el policía sigue firme en su palabra y acota que la zona está en Fase 2, aislada de manera preventiva y a la espera de que todos los vecinos sean hisopados para saber cuál es la situación sanitaria.
A pocos metros, una joven llega hasta el vallado en bicicleta para buscar a su papá que llegaba con bolsas de mercadería. Luego ambos se dirigieron a sus casas, no sin antes ser parados en el camino por tres agentes sanitarios que circulaban por prevención en el barrio.
Las postales se repiten en cada punto de ingreso al barrio. Mientras, desde sus viviendas muchos vecinos no aguantan la incertidumbre de la situación y deciden abrir las puertas de la casa para asomarse, hay quienes se limitan a correr las cortinas de las ventanas para desde allí ver la escena.
"Han hecho cerrar todos lados. La señora del kiosquito llora, ella está asustada. Estamos todos dentro de las casas, el aislamiento es total", finalizó la vecina.
La postal no dista mucho de la que se vive en otro barrio cercano, el Justo P. Castro III cuyos vecinos mantienen el "respeto" al coronavirus y no salen, esperando que todo pase rápido y nadie esté contagiado.
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