"La Griglia del Tonchi" es el nombre del emprendimiento que recorre toda Italia y llegó a Europa de la mano de un sanjuanino. Gastón de Oro tiene 36 años y es un visionario que supo inventar una solución intercultural y gastronómica para que miles de personas saboreen la tradicional comida argentina. Sin embargo, este proyecto nació luego de varias vueltas de la vida.
A los 19 años, Gastón viajó a Europa para poder triunfar con su deporte preferido: hockey sobre patines. Así fue que, del otro lado del charco salió campeón con su equipo y llegó a jugar un mundial con la selección italiana. Hoy, sin embargo, cambió de rubro y lleva adelante este proyecto que le da de comer a él y a muchas personas más, ya que se trata de una empresa gastronómica muy particular.
“La Griglia del Tonchi” es el nombre del negocio que se vuelve cada vez más popular en Italia, pero también gana fama en Argentina. Su servicio consta en hacer asados argentinos a domicilio y brindar una “full experience” argenta a personas interesadas en vivirla. Al comienzo solo se dedicaba a cocinar en el norte de Italia, pero con el tiempo comenzó a viajar por toda Italia: desde Milán hasta la Toscana.
Tonchi, como le dicen en San Juan, comenzó sus andanzas en Europa como jugador de hockey sobre patines. Su trayectoria estuvo marcada por varios triunfos y éxitos. Entrenando duro, dando batalla dentro y fuera de la cancha, se fue adaptando a otra cultura, otro idioma y otros paisajes. De a poco, fue abrazando este nuevo país que lo acogía y le brindaba una nueva forma de ver la vida. Sin embargo, según lo que cuenta, los primeros tiempos fueron emocionantes y nostálgicos. Hasta que Cecilia, su actual esposa y madre de su única hija Vita, decidió emigrar también para comenzar a construir esta historia juntos.
En ese momento, Tonchi jugaba hockey profesionalmente en el Benetton, donde le brindaban techo, comida y un sueldo, pero también se apoyaba en otros trabajos para poder sostenerse económicamente. Uno de esos trabajos fue como cocinero en un restaurante que hacía “la noche argentina”. En estos eventos, el menú se llenaba de opciones como empanadas, asado, vino argentino y otras comidas típicas nacionales, que no son conocidas en Italia.
Con esta experiencia culinaria fue conociendo a fondo los cortes, los ingredientes y los secretos para poder lograr platos parecidos a los de Argentina, pero en Italia. Sin embargo, su carrera como hockista siguió creciendo y fue fichado por un club importante de la Toscana que no le permitía tener otro trabajo en simultáneo. Así fue que su perfil gastronómico tuvo una pausa. Durante vacaciones, decidió abrir este curioso emprendimiento que, con el tiempo fue creciendo y hoy es conocido en todo el país.
Viajar a través del paladar
Gastón de Oro sabe cómo vender su servicio, y está convencido de que las experiencias culinarias pueden llevarnos a muchos lugares. Cuenta a los medios: “A los italianos les digo que les hago un viaje a la Argentina a través del paladar”.
Para este asador profesional, su servicio no es un simple catering, sino una actividad que encierra pequeños rituales que hacen viajar a cada comensal. Él se define como cocinero a domicilio, y sobre la experiencia cuenta: “Lo único que hacemos es cocinar. No llevamos platos, llevamos tablas y braseros. Ofrecemos desde empanadas, asado y hasta fruta. Nos dedicamos con todo, vino argentino y carne argentina certificada”
La jornada de trabajo dura entre ocho y nueve horas aproximadamente, donde Gastón se encarga de preparar todo el ritual argento. El emprendimiento creció tanto que tuvo que generar puestos de trabajo en diferentes regiones de Italia: “Tengo gente que me trabaja en Milán, otra en Benetto, otra en Toscana. Son cinco o seis chicos. Según donde salga el evento, tengo personal para apoyarme. Trato de darle la posibilidad de todo el mundo de trabajar”.
Así es como un viajero y deportista comparte diferentes experiencias a través del paladar y conserva la conexión con su tierra natal.
Fuente: Bianca Ruggia para Ser Argentino
