Los ojos se le llenaron de lágrimas y la voz se entrecortó. Frente a él, un grupo de albañiles construía su "primera casa digna", una prefabricada de pino que está compuesta por 2 dormitorios, cocina-comedor y baño. Gregorio Muñoz tiene 78 años de edad, atravesó los terremotos del 44, 77 y del pasado 18 de enero y en su memoria siempre está presente la misma imagen: su casa de adobe derrumbada por parte.
Su vida ha sido siempre dedicada al trabajo del campo y recuerda que cada cosa que obtuvo fue con mucho sacrificio y dedicación. Pese a estar jubilado, hasta hoy sigue dedicado a la cosecha y eso siempre le inculcó a sus hijos. Pero reconoce que la vida no ha sido fácil y pese a tanto trabajo, nunca pudo tener una "casa segura".
"En el terremoto de 1944 tenía 2 años pero me acuerdo cómo fue. Yo nací acá y recuerdo que la casa quedó casi toda derrumbada, perdimos todo. En el 77 pasó lo mismo, yo vivo acá de toda la vida y la casita se cayó en una parte", comenzó relatando a Diario La Provincia SJ.
Gregorio está casado, tiene 6 hijos y varios nietos. Todos viven en sus casitas en el mismo lote de la localidad del Abanico, en Pocito, pero la que más sufrió la embestida del último terremoto fue la vivienda de él, que es la más vieja. Si bien en cada terremoto, se derrumbó una parte, hubo otra que se mantenía en pie y precisamente ahí era donde seguía viviendo. Pero eso fue hasta el 18 de enero. Por cómo quedó la vivienda, los especialistas recomendaron terminar de derrumbarla y otorgarles una de las casas prefabricadas que donó el gobierno de Misiones.
"Acá ya estábamos por acostarnos cuando se vino el terremoto. Menos mal que nos pilló levantados. Fue un susto grandísimo porque se vino todo abajo, se cayó una parte grande. Los muebles se derrumbaron, al igual que los televisores y heladera, todo terminó en el piso. Luego se cortó la luz y tuvimos que salir en oscuro a la calle", agregó trayendo a la memoria ese duro momento en el que la primera pregunta que surgió fue ¿estamos todos bien?
"Lo importante que no le pasó nada a la familia", agregó reconociendo que ese dolor que le provocó la pérdida total de su casa, que tenía 90 años, cambió con el correr de los días al saber que le llegaría una casa prefabricada.
"Ver ahora cómo la levantan es una alegría enorme. Finalmente llegó ese día de poder ver la casa levantada. Menos mal que vamos a tener algo seguro y lindo. Son firmes y bien seguras", finalizó sin poder contener las lágrimas y abrazando a su nietita que tiene muchas ganas de dejar la carpa para dormir allí.
Este jueves se cumple un mes del terremoto que azotó a San Juan el pasado 18 de enero. Fue de 6.4 de magnitud y la zona más afectada fue la de Pocito y Sarmiento.
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