Jorge Ragusa estudió en Bioingeniería en la UNSJ y tras graduarse partió a Nebraska en Estados Unidos para hacer su doctorado. Permaneció en norteamérica por nueve años, en donde tuvo la oportunidad de trabajar en la industria de las nanopartículas y poco a poco se fue especializando en la nanotecnología para aplicaciones médicas. Hoy, de vuelta en San Juan, es uno de los mayores expertos de la provincia en el tema.
“Quiero que quede claro que no hay máscara quirúrgica ni de ningún tipo que nos brinde un 100% de protección. Lo digo principalmente porque no quiero que la gente crea que al salir con una máscara no se va agarrar el virus. Hay que seguir manteniendo la brecha social aunque tengas mascarilla y la otra persona también tiene que tener los mismos cuidados de higiene. Hay que lavarse las manos sobre todo cada vez que uno se toca el barbijo porque tiene la posibilidad de que el virus está ahí. Por más que salgamos todos a la calle con el barbijo si no seguimos manteniendo el distanciamiento de 2 metros de otras personas y no nos lavamos las manos cada vez que tocamos una superficie que no sea nuestra casa nos estamos poniendo en riesgo”, manifestó en diálogo con Diario La Provincia SJ el ingeniero Ragusa.
Según explica el Bioingeniero, este virus al ser tan nuevo y con estudios muy recientes, todo se va aprendiendo sobre la marcha. "Hay que tener en cuenta que esto es dinámico y todos los días van saliendo investigaciones nuevas. Los científicos en todo el mundo están estudiando y publicando los trabajos, después se va haciendo el review (otros científicos como vos ve los experimentos que hiciste y te lo avalan), pero ahora estamos en una situación de emergencia y hay mucha información. Lo que hemos aprendido de muchos países que han tomado la decisión de hacer un testeo masivo como Alemania o Corea del Sur es que hay un gran porcentaje de entre el 20 y el 40% de la población que está infectada y es asintomática. Esto significa que entre una y dos personas de cada cinco está infectada y esto es muchísimo. A través del uso del barbijo se puede disminuir la tasa de contagio en un 40%, por eso celebro la decisión de San Juan y de la Argentina de que todo el mundo use tapabocas al salir afuera".
Como continuamente se van realizando descubrimientos, el ingeniero recomienda leer las fuentes de investigación más confiables y al alcance de todos, como el CONICET. Hacé click acá para ver uno de los últimos documentos elaborados por la entidad.
¿Cómo funcionan los tapabocas para contener el virus?
El uso de estos barbijos no impiden que te contagies, pero sí disminuyen la tasa de contagio. “Cuando uno tose o estornuda o cuando uno habla fuerte lo que estamos emitiendo hacia el medio ambiente y más en lugares cerrados son micropartículas que se llaman gotículas. El virus está ahí. Algunas investigaciones indican que el virus puede volar, es decir estar en el aire, por 2 horas. Esto significa que el virus está activo en el aire entonces si vos usás un tapabocas a esas partículas no las emitiste al medio ambiente”, agregó Jorge.
Estas barreras permiten cuidar al otro. “El tapabocas o barbijo higiénico, no son las mascarillas quirúrgicas que se usan en los sistemas de salud. Es importante que quede claro que si vos tenés un tapabocas e ingresás a un lugar en donde hay muchísimos virus hay probabilidades de que te contagies. Si te compras una mascarilla quirúrgica tenés un nivel de protección más alto que si vos te hacés un barbijo de una remera, pero la idea de tener este tapabocas es evitar emitir estas partículas al aire y los dos opciones hacen esto”.
¿Cuáles son los mejores tapabocas caseros?
Lo que define si uno u otro es mejor como barrera del virus es por un lado la tela con la que se lo confecciona y por otro el modo de utilizarlo.
“La friselina es una tela no tejida de polipropileno en un gramaje de 60 - 80 gramos por metro cuadrado, protege bastante pero los barbijos no suelen estar hechos de friselina sino de una tela que se parece bastante. Por ejemplo, las bolsas del supermercado (siempre hablando de las reutilizables) tienen una tela que te van a ayudar un poquito más que por ejemplo una tela de algodón. Una buena idea es hacer un barbijo y combinar dos telas, podés tener una de algodón (y lo mejor es que no sea 100% algodón sino que tenga algunas fibras de otra cosa que le van a dar una hidrofobicidad) y una de friselina”.
Es importante entender el funcionamiento de los tejidos y la composición del virus para elegir la mejor opción. “La friselina es superhidrofóbica, esto quiere decir que las partículas de agua no las traspasan, y como el virus viaja a través de las partículas de agua, entonces se quedan en la friselina. Por eso recomiendo poner una tela que sea cómoda para la piel, que no nos genere reacciones adversas, como puede ser la tela de una remera, usándola en la parte anterior y posterior del tapabocas y en el medio una tela de friselina que se puede ir cambiando. La tela de algodón se puede lavar pero la tela de friselina no es muy recomendable lavarla, precisamente por su característica hidrofóbica. Sé que no todos pueden acceder a la friselina, o a la tela específica de barbijos, por eso recalco que el algodón también sirve de barrera”, aportó Ragusa.
¿Cómo los tengo que usar?
El ingeniero explica que debido al ciclo de vida del virus, lo mejor es tener varios tapabocas para alternarlos. “No se puede hablar de que el virus está vivo o muerto porque no es una célula pero sí se puede decir que esté activo o inactivo. El virus dura activo sobre una superficie dependiendo de qué superficie se trate. Además, el virus tiene una afinidad grande por el polipropileno qué es lo que utilizamos en la friselina, allí dura como 3 días activo. Esto se puede leer como bueno o como malo. Por un lado, si al virus le gusta estar en el barbijo se va a quedar ahí y no se va a mover, pero por otro lado, si lo llegás a tocar el virus va a pasar a tus manos y esas manos las podés llevar a la boca o a los ojos. Entonces es realmente importante lavarte inmediatamente después de que lo tocás”, aclaró el especialista.
Finalmente, el ingeniero expresa cómo cree conveniente que sería un uso óptimo. “Me gustaría tener 4 barbijos de este material porque sé que más o menos me protege, no va a sobrepasar la tela porque le gusta estar ahí. Entonces al llegar a mi casa, lo saco, lo dejo en algún lugar seguro y me lavo las manos. Al día siguiente uso otro y al siguiente otro, así hasta que pasan 3 días y ya puedo volver a usar el primero porque si contenía virus, ya está inactivo. Lo ideal sería descartar cada uno después de su uso pero utilizarías 30 barbijos en un mes”, sentenció.
