Yolanda Moya tiene 31 años y se desempeña como bombero voluntario en el cuartel de Pocito. Para esta mujer, la maternidad es algo más que haber tenido 4 hijos, es esforzarse por darles un buen ejemplo de lo que implica el servicio a su comunidad.
La "mamá bombero" comenzó en el cuartel cuando éste se creó hace 9 años, incentivada por su hermano Agustín quien hoy está a cargo del mismo. Ya era mamá y pudo demostrarse a sí misma que la maternidad no era ningún impedimento para aquella vocación que comenzaba a aflorar de la forma más inesperada. Y es que ella nunca lo había pensado antes, más que para ayudar a su hermano como secretaria.
“De a poquito me fui interiorizando, fuimos saliendo a visitar a la gente en un auto particular porque recién hace dos años que tenemos la movilidad. Estuvimos capacitándonos, estudiando y uno de a poco se va incentivando más, y cuando tuvimos esa movilidad empezamos con las salidas a los incendios y es como que te metes de lleno”, contó a Diario la Provincia SJ.
Entre las experiencias que más recuerda, fue una que le sucedió recientemente cuando llamaron al cuartel alertando de que una nena de 3 años se había caído a un canal ubicado justo de tras de su casa. “Salí con muchísimos nervios. Cuando íbamos por el camino ya me ponía a llorar porque me imaginaba esa situación y me angustió demasiado el hecho de pensar qué le podía haber pasado a esa niña. Pensé millones de cosas. Salí con muchísimos nervios”, relató la joven bombero quien destacó que finalmente, luego de una breve búsqueda, se conoció que a la menor se la había llevado su tía.
Debido a la rutina con los chicos y el hogar, Yolanda cumple servicio los fines de semana, durante el turno nocturno. Luego lleva a sus hijos al colegio. Para esta mamá su familia es un gran equipo, los chicos mayores van a la escuela de Cadetes y eso le ha permitido compartir guardias con ellos, lo mismo que con las nenas menores y su compañero de vida. Todo ese ambiente familiar en el cuartel, ha hecho de ese lugar una segunda casa.
Está mamá está terminando la educación secundaria, realiza un curso de administración de clínicas y sanatorios; y asistente de farmacia. Además se da el tiempo para asistir a las capacitaciones de bomberos voluntarios que organiza la Federación o el mismo cuartel. Ella sueña con estudiar psicología para poder acompañar también desde ese lugar a las familias que sufren pérdidas tantos materiales como de sus seres queridos a causa de los incendios.
