Este viernes, se agregó un capítulo más a la investigación sobre Pedro Saitta. Es que la policía procedió al secuestro de cinco autos en total, tres de ellos de alta gama, que estarían vinculados en la causa.
Personal de Sección Seguridad Personal, con el oficio judicial expedido por la Sra. Jueza del Segundo Juzgado Correccional, procedieron al secuestro de cinco vehículos: un BMW, un Mini Cooper de color metal, un segundo BMW, de color gris, un Fiat Siena, de color gris oscuro y un Volkswagen Suran, de color azul oscuro.
Todos fueron secuestrados en la vía pública, en el marco de la causa por "amenazas agravadas por el uso de arma de fuego". El sujeto imputado es Marcelo Sampieri, quien se habría cambiado la identidad, y que forma parte de otra investigación paralela a la mencionada.
Las distintas caras de Sampieri
Si algo habría demostrado Pedro Saitta en estos días es que tendría capacidad para suplantar otras identidades sin que nadie sospeche ni lo advierta. No sólo habría engañado a la Justicia de San Juan y a la Policía de San Juan sino también al personal médico de una clínica de Capital.
El hombre, que se hizo pasar por Leonardo Sampieri, habría usado como nombre y apellido el de Leonardo Fernández para hacerse atender en una clínica por problemas respiratorios y coronarios.
Según difundió este viernes Telesol, el presidente de la Clínica El Castaño, Walter Stoermann, remitió una nota escrita al fiscal Eduardo Martínez Yanzón en la que informó que "no hay información correspondiente a Sampieri Leonardo Marcelo, DNI: 37.958.XXX, nacido el 26-08-1994, siendo la única coincidencia en el sistema el DNI: 37.958.XXX a nombre de Fernández Leonardo".
Es decir, una persona usó el mismo número de DNI para hacerse atender que el que en su momento informó como propio Saitta cuando se hacía pasar por Sampieri.
Vale destacar que en el juicio en el que fue condenado Sampieri (cuando la justicia creía que se llamaba así), el abogado pidió que se tenga en cuenta una prisión domiciliaria porque el hombre tenía problemas de salud y cada un cierto tiempo iba a la Clínica El Castaño para hacerse atender y recibir decadrón.
El abogado no presentó en ese momento los estudios médicos que lo certificaran pero igual la prisión domiciliaria fue otorgada y con esto se abrió la puerta para que días más tarde fuera considerado como prófugo de la justicia, al escaparse.
