Historias

Caso Cristian Clavero: 17 años de una muerte en San Juan sin testigos ni culpables

Falleció con sólo 20 años y lo embistieron cuando se trasladaba en su moto hacia su trabajo. Alegre y emprendedor, tenía un hijo de sólo 1 año. La causa prescribió y nunca se halló al responsable.
martes, 29 de diciembre de 2020 18:09
martes, 29 de diciembre de 2020 18:09

El nombre de Cristian Clavero figura en la lista de casos judiciales sin respuesta. Su rostro fue parte de muchas marchas pidiendo justicia, encabezadas por su mamá y sus hermanos, a las que se plegaron otras mamás del dolor. Desde el 23 de julio de 2003 hasta hoy no se conoce el nombre del presunto responsable de su muerte en un siniestro vial, cuando iba a trabajar en su moto. Dejó la vida sobre calle Paula Albarracín de Sarmiento, a metros de Comandante Cabot, en Rawson. Allí, hoy estará su nombre junto a un ángel en el cartel vial que la asociación civil Familias del Dolor y la Esperanza colocará, cerrando un año intenso con su campaña de concientización. 

Su hermana Lucía Clavero lo recordó en diálogo con Diario La Provincia SJ y en sus palabras, aún se percibe el dolor de una herida que no cerró. "A mi hermano lo mataron y lo dejaron tirado; huyeron. En ese momento, mi mamá comenzó una intensa lucha. Estuvimos haciendo manifestaciones para buscar testigos, alguien que dijera algo porque una persona lo atropelló, lo mató. Y nadie, absolutamente nadie habló. Ahí se formó la primera agrupación de familiares y se sumaron mamás de otros casos como Norma y Clara (Chirino; mamá de Romina Chirino). Mi mamá fue una luchadora incansable. Fue una tarea muy grande la que encaramos y no fue posible lograr nada. Pasaron los años y prescribió la causa (por homicidio culposo)".

Fueron días y años de rastrear pistas para la familia Clavero Britos. "Nosotros buscábamos, teníamos distintas informaciones pero la Policía no tuvo nada, levantó muestras pero nunca encontró nada. Todo fue muy extraño. Íbamos a las 7.10 de la mañana a hacer las marchas en el lugar donde murió mi hermano y pasaba mucha gente por ahí; alguien seguramente vio algo. Aparentemente los callaron porque había algo pesado; algo fuerte. Mi mamá buscó por todo San Juan que alguien dijera algo; prescribió la causa y ella no se sentía bien. Por eso se fue a su tierra natal. Actualmente vive en Tenerife, en las Islas Canarias. Allí recuperó su salud, su estado físico porque estaba se la veía muy viejita. Y es que pasó un dolor muy grande; aún lo es. Aquí ya no había más que hacer".

Lucía, con el cartel del "ángel" para Cristian, junto a Guillermo Chirino de "Familias del dolor y la esperanza".

Para Lucía, aunque Cristian no tuvo justicia en los Tribunales “estoy segura que la Justicia divina sí existió. Por eso sentimos tanta emoción y es tan importante para nosotros el homenaje que hoy vamos a hacer con la asociación “Familias del dolor y la esperanza” que la encontré por casualidad. Parece que mi hermano me la mandó. Hace un mes y medio los vi en la tele y algo sentí en el alma. “Los quiero encontrar; los quiero encontrar”, me repetía. A través de mi mamá que tenía el número de Clara Chirino, nos contactamos y ya la Asociación tenía el cartel de Cristian. Fue más grande el regalo aún. Todo se dio para que se cierre el año en el que han trabajado intensamente y se han colocado tantos hitos en honor a esos ángeles que tenemos recordando a Cristian, que es un caso referente”.

“Nadie sale a matar; lo digo yo que manejo. Pero esa persona no le supo dar una mano a mi hermano. Quizás no iba a sobrevivir pero nadie lo auxilió. Quedó allí y es un dolor inmenso. Ya se cumplieron 17 años y duele muchísimo”, dijo con su voz entrecortada.

Un papá joven y un "regalón" de su familia

Cristian estaba feliz. Había celebrado el primer año de su hijo, el 16 de julio de 2003, y ese 23 del mismo mes, se iba a trabajar a la estación de servicio de Paula Albarracín de Sarmiento e Ignacio de la Roza, a bordo de su moto. Pero llegó sólo hasta Comandante Cabot. “Nos enteramos por la radio del accidente porque no lo podían identificar y fue un momento espantoso enterarse que era él. Nunca supimos qué pasó; cómo fue el choque”, rememoró su hermana.

Era el menor de 5 hermanos; “el mañoso de todos”, destacó Lucía. Este martes, Kevin, hijo de Cristian también será parte del homenaje. “Su mamá hizo con él una labor formidable. Ya tiene 18 años y es todo un hombrecito. Él creció sin su papá pero es como si lo conociera. Todos en la familia lo mantenemos vivo a Cristian; es su figura de papá y de eso se encargó su mamá; de mantener viva su memoria”, destacó.

Con este homenaje, Lucía tiene dos deseos muy claros: “que la gente tome conciencia. Voy a colaborar con la asociación porque ese es uno de sus objetivos fuertes. En cada uno de los carteles y sobre todo, en el de Cristian, recordar que no es posible que no hubiera testigos. Debemos hacernos responsables y aportar todo lo que vimos porque nadie exento de que le pueda pasar algo así. Detrás de ese cartel, hay una vida menos y una familia que a pesar de los años, sigue teniendo un gran dolor por ese silencio. En segundo lugar, es recordar a un niño trabajador al que no le dieron una mano. Si lo hubieran ayudado, todo sería distinto".

Sobre cómo lo recuerda, detalló "Cristian era un niño muy pícaro, muy pícaro y muy divertido. Todos los vecinos lo querían porque era inquieto. En la escuela lo adoraban los maestros; era muy entrador. Así se defendió en la vida desde chico. Nosotros perdimos a mi papá y mi mamá trabajaba. Y él se las rebuscaba vendiendo botellas, hierros y con eso se compró una bicicleta. Así fue creciendo hasta tener su moto. Era un luchador único siendo tan joven y mantenía con su trabajo a su familia".

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