Salud

Dos estudios indican que los que tuvieron coronavirus deben vacunarse al final

Dos estudios han demostrado que las personas que ya se han infectado por coronavirus solo necesitarían una dosis de vacuna.
viernes, 5 de febrero de 2021 12:08
viernes, 5 de febrero de 2021 12:08

La investigación biomédica aporta esta semana más buenas noticias sobre la efectividad de las vacunas y la mejor forma de administrarlas ante la acuciante escasez de inyecciones que sufren España y el resto de países europeos.

Dos estudios han demostrado que las personas que ya se han infectado por coronavirus solo necesitarían una dosis de vacuna de ARN para estar inmunizados. Estas personas registran niveles de anticuerpos —las proteínas inmunes capaces de neutralizar al virus— que son superiores a los de la gente que nunca se contagió, pero recibió las dos dosis preceptivas.

Los dos trabajos —aún preliminares— se han realizado en EE UU. El primero se centra en la inmunidad de trabajadores de hospitales, unos con una infección por SARS-CoV-2 confirmada y otros sin ella. Tras la primera dosis de una vacuna de ARN de Moderna o BioNTech/Pfizer los primeros desarrollaron niveles de anticuerpos bastante más altos que sus compañeros que recibieron las dos inyecciones.

El segundo trabajo, dirigido por el virólogo Florian Kramer, de la Escuela de Medicina del Hospital Monte Sinaí en Nueva York, ha estudiado a 109 personas con y sin infección previa confirmada. Tras una primera dosis, los que ya se contagiaron generaron entre 10 y 20 veces más anticuerpos neutralizantes del coronavirus. Incluso después de que el otro grupo recibiese la segunda dosis, los niveles de anticuerpos de los ya infectados seguían siendo 10 veces más altos.

Los científicos argumentan que para la gente que ya se ha contagiado la primera dosis de vacuna actúa en realidad como una segunda dosis de recuerdo. Su sistema inmune ya entrenado contra el coronavirus recuerda el patógeno y monta una respuesta más potente que la de los vacunados que nunca se contagiaron. Ambos estudios señalan que a la luz de estos datos habría que modificar los protocolos de vacunación de forma que la gente que ya se haya contagiado sea vacunada al final y reciban una sola dosis. Esto liberaría muchas dosis preciosas en un contexto de escasez generalizado de vacunas.

Ambos trabajos han llegado a una segunda conclusión: los efectos secundarios de la vacuna son más intensos y frecuentes en la gente que ya se contagió. En cualquier caso estas reacciones son leves y no requieren tratamiento médico: fiebre, dolor en el brazo, malestar…

Estas noticias se suman a otras muy positivas sobre la tercera vacuna aprobada en Europa: la de Oxford. Un estudio de esta universidad y de la empresa AstraZeneca que ha colaborado en su desarrollo muestra que esta vacuna reduce en unos dos tercios la transmisión del virus. Varios países europeos están considerando reservar esta vacuna para los menores de 65 años debido a que no hay datos completos sobre su efectividad en los mayores. Estos datos también pueden influir en el diseño de las nuevas fases de vacunación.

“Estos estudios apuntan lo que ya imaginábamos, que la capacidad de inmunización de la infección es suficiente, de forma que incluso no habría que vacunar a estas personas”, explica Marcos López, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI). “Estamos todos mirando la respuesta vacunal entre la primera y la segunda dosis. Estudiamos tanto el nivel de anticuerpos como el de células del sistema inmune. Y ya estamos viendo que entre dosis hay buenos niveles de anticuerpos con una protección de en torno al 50%. También linfocitos T [capaces de matar a las células infectadas] dirigidos específicamente a la proteína de la espícula”, explica López, jefe de inmunología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, en Santander.

Fuente: El País

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