El nuevo planeta se sitúa a unos 560 años luz de la Tierra, lo que significa que está un poco más lejos que el "Kepler-186f", que fue el primer planeta que se descubrió fuera del sistema solar, hace alrededor de dos meses, con un tamaño comparable a la Tierra y en el que se cree que puede existir agua en estado líquido.
"Kepler-10c" da vueltas alrededor de una estrella similar al sol en 45 días y se encuentra en la dirección de la constelación del Dragón.
Se calcula que su edad es de 11,000 millones de años, es decir, 3,000 millones de años después del "Big-Bang", una época en la que eran escasos los elementos químicos necesarios para la creación de grandes planetas rocosos, como el silicio y el hierro.
Este hallazgo es también una prueba de que hubo planetas de tipo terrestre que se formaron muy pronto en la historia del universo y que, por tanto, los astrónomos no deben descuidar en sus estudios las estrellas más antiguas en su búsqueda de planetas habitables.
Fuente: Univisión.com