Historia

Hinchas de cábalas: el padre e hijo sanjuaninos que siguen tradiciones en Qatar

Gabriel y su hijo Santino viven por primera vez juntos un mundial, aunque para enviarle suerte a la Scaloneta, uno de ellos sigue tradiciones que vienen de otras Copas del Mundo.
viernes, 9 de diciembre de 2022 22:45
viernes, 9 de diciembre de 2022 22:45

Con la felicidad y la emoción a flor de piel de ver jugar a la querida Selección Argentina y, además, vivirlo juntos, dos sanjuaninos padre e hijo disfrutan de un momento único en Qatar. Sin embargo, pese a la ilusión y confianza por la Scaloneta, no dejan de lado de las cábalas que uno de ellos sigue respetando desde otras copas del Mundo. 

Se trata de Gabriel López y su hijo Santino, de 13 años, que por una promesa entre ambos llegaron a Qatar y ahora esperan vivir juntos la final de la Copa del Mundo. 

"Esto nace en el 2014 cuando fui por primera vez a un mundial, el de Brasil, con amigos. Mi hijo era muy chico y para dejarlo tranquilo le prometí que el de Rusia o el de Qatar lo íbamos a hacer juntos. Rusia no se pudo y este que lo venimos armando y pagando hace dos años con muchísimos esfuerzo lo pudimos concretar", comenzó contando Gabriel a Diario La Provincia SJ. 

La familia llegó a Qatar con sólo dos entradas para ver a la Selección aunque pudieron asistir a todos los partidos, ya que las faltantes las consiguieron por reventa. Allí llegaron el 19 de noviembre y según reveló Gabriel, aún hay le cuesta la adaptarse a los horarios y modalidades de vida, aunque lo que más disfruta hacer es compartir de diversas actividades con su hijo también por fuera del fútbol. 

"Nos quedamos hasta la final y tenemos todas las expectativas, obviamente que siempre queremos que la Selección llegue a lo más alto", contó. En tanto que sobre las cábalas, reveló: "Las que siempre tengo es ir siempre de gorra, con la misma remera y el mismo pantalón. En el primer partido entramos una hora antes y se perdió. En lo que fueron los tres partidos posteriores, entramos siempre a los diez minutos de iniciado y los tres se ganaron, entonces dijimos 'esta es la cábala'". 

Y agregó: "En el último partido me levanté con otra cabeza y dije que no iba a seguir con la locura de las cábalas, la vamos a romper porque tenemos con qué. Así que me fui sin gorra, entramos temprano al partido, hicimos un par de cositas que no hacíamos habitualmente, y también funcionó y nos fue bien". 

Sin embargo, Gabriel sostuvo que hasta el momento hay dos cábalas que no rompió. "Son dos cositas que imitan a lo que fue el mundial de 2014 de Brasil, que siempre compartía una imagen de la camiseta de Messi puesta en el Cristo de Brasil. Y tengo el mismo morral que llevé a ese mundial y que me acompaña", dijo. 

Sobre la vivencia con su hijo, destacó: "Fue un esfuerzo de los dos, de él en la parte educativa, hizo mucho mérito, y yo por todo lo laboral. Como experiencia es algo inigualable, hoy hacerlo con mi hijo es algo insuperable, increíble, tenemos momentos vividos juntos increíbles y adentro de la cancha también. Abrazarnos, sonreír, cantar...". 

"Lo del colegio de mi hijo fue todo un tema porque al principio no había fecha certera de cuándo finalizaba el ciclo, incluso a principio de año cuando ya teníamos concretadas algunas cosas del viaje (...) Llegado octubre se presentó un escrito a la Dirección del colegio y ahí nos enteramos que el ciclo terminaba el 18 de noviembre así que se rompió el lomo para no faltar en todo el año. Sacó todas las materias, no tuvo una sola inasistencia y sólo faltó los últimos cinco días", finalizó orgulloso. 

 

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