Desde niño siempre soñó con ser médico pediatra, y luchó contra todas las adversidades para concretar ese anhelo. El esfuerzo de sus padres y su perseverancia para concretar esa meta fueron los pilares que los llevaron a cumplir su objetivo: ser médico. Se trata de Daniel Enrique Gualpa, el profesional que hace aproximadamente 10 años abraza su profesión con amor y valentía.
“Lo hago con mucha vocación de servicio, compromiso y de corazón. Vengo de una familia humilde, me costó mucho estudiar, pero lo logré”, comenzó Daniel Gualpa a Diario La Provincia SJ.
Con mucho orgullo, Gualpa recordó que tuvo que viajar a Córdoba para empezar su carrera, y comenzó a trabajar para solventar los gastos que tenía durante su estadía en aquella provincia. Llegó a la ciudad con un bolso con pocas cosas. Los primeros días fueron duros, ya que no tenía nada, e incluso dormía en el piso, pero eso no le quitó sus esperanzas de cumplir sus sueños. “Siempre tuve ese objetivo de ser médico, y al final logré cumplir el sueño que tenía desde pequeño”, destacó.
Además, sostuvo que cuando tuvo el título en sus manos fue algo satisfactorio, ya que fue un logro y un desafío en lo personal. “Fue con mucho sacrificio y amor a la profesión”, agregó con orgullo. Luego, comenzó su especialidad en pediatría con una duración de 4 años. “Esta profesión requiere eso, hay que estudiar todos los años, para ir actualizando el conocimiento, pero uno lo hace con amor”, subrayó.
El profesional remarcó que una vez que terminó su residencia fue nombrado médico de planta en el Hospital Guillermo Rawson. El médico destacó que es muy agradecido de la posibilidad de poder recibirse y trató siempre de mantener su esencia. También, comentó que siempre tiene en su recuerdo todo el esfuerzo que le llevó poder cumplir su sueño.
En forma de agradecimiento, Daniel comenzó a atender un día a la semana de forma gratuita a los niños que no tenía obra social ni los recursos económicos para poder ser atendidos. “Iba a determinadas zonas vulnerables o uniones vecinales, para realizar atenciones pediátricas, lo hacía de corazón”, comentó.
Posteriormente, recibió un llamado de la Municipalidad de Rivadavia para trabajar en conjunto. Le pidieron formar parte de la Junta de Discapacidad, para ello tuvo que capacitarse y rendir ante un tribunal de Nación, para poder ejercer el cargo. Luego, le pidieron que se hiciera cargo del área de Salud del municipio. “Desde ese lugar nosotros estamos trabajando realizando operativos de salud, una vez por semana”, resaltó.
Daniel comentó que disfruta de su trabajo, y que es feliz trabajando de lo que le gusta. “Más allá de los errores y aciertos, la verdad que esto lo hago con una verdadera vocación porque desde siempre soñé con ser pediatra, es algo que lo llevo en mi piel”, destacó.
Y resaltó que “muchas veces el médico es maltratado por políticas de salud y muchas veces por la gente. Hay momentos en los que pasas situaciones difíciles en la guardia y más en Pediatría”. Sin embargo, remarcó que es muy gratificante cada vez que se encuentra con un paciente que lo recuerda por alguna buena acción que tuvo en alguna circunstancia compleja.
En su trayectoria como médico fueron muchas las experiencias y reconocimiento que lo marcaron. Sin embargo, destacó que en 2019 obtuvo una importante premiación del Rotary Club por el trabajo que realizó con las atenciones en forma gratuita. “Fue un honor ser premiado entre tantas personas de toda la provincia. Si bien, todo esto lo hacemos sin pretender nada, pero es un momento lindo que reconozcan el trabajo que realizamos”, comentó.
Por último, agregó la importancia de estudiar y tener una profesión. “Hay que estudiar, el titulo da un poder, pero no de ser superior a otros sino el de poder decidir sobre su vida, y tomar sus propias decisiones”, cerró.
Este 3 de diciembre se celebra el Día del Médico, una jornada promovida por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para reivindicar a estos profesionales como un eslabón esencial de la sociedad. Daniel destacó que abraza su profesión desde el primer día y jamás olvida sus raíces y el esfuerzo que le llevó concretar su sueño.
