Historia

Su hijo murió en un accidente y revirtió el dolor en fortaleza: "no veo la muerte como un castigo"

Olga Inés Valdivia relató como hizo para ponerse de pie después de la muerte de su hijo. Una historia de fortaleza y perseverancia.
miércoles, 19 de enero de 2022 00:00
miércoles, 19 de enero de 2022 00:00

Olga Inés Valdivia de Caballero tiene 62 años, le tocó atravesar una de las tragedias más difíciles y menos pensada en la vida de una madre: la pérdida de un hijo. Desde ese lugar cambió el dolor en fortaleza y ayuda a otras personas que atraviesan grandes dolores espirituales.

“No veo la muerte como un castigo... Me costó mucho salir adelante, pero la fe y el apoyo de mi familia me hizo poner de pie nuevamente”, comenzó contando Olga a Diario La Provincia SJ. 

Con la voz temblorosa, recordó que el día que se enteró que su hijo había fallecido era el Día de la Madre. “No podía entender al principio por qué Dios se había llevado a mi hijo. Era un dolor inexplicable. Desde entonces nunca más celebré esa fecha. Me costó muchísimo salir adelante”, describió. 

El sábado 18 de octubre del 2003, el hijo de Olga, Mario Caballero,  viajaba en una bicicleta camino a su casa, cuando sucedió aquel trágico desenlace en calle Hipólito Yrigoyen (ex San Miguel) entre 5 y 6, Pocito. En ese accidente perdió la vida tras ser embestido por una camioneta. El joven, que en ese momento tenía 23 años, regresaba de trabajar cuando se encontró con el peor de los finales. 

Realizaba trabajos de limpieza de jardín y justamente ese sábado había ido para obtener otro ingreso económico. “Nosotros no estábamos al tanto de lo que había sucedido. El domingo muy temprano vino mi consuegro, el padre de mi nuera Viviana a preguntarme si Mario, mi hijo, se había quedado en mi casa, porque nunca llegó a dormir. Empezamos a buscarlo, a preguntar a sus amigos si sabían algo de él pero nadie sabía dónde estaba. Al rato, vuelve mi consuegro diciéndome que tenía malas noticias. Me preguntó por mi marido, pero él no se encontraba porque estaba trabajando”, recordó. 

Olga relató que en ese tiempo, solo algunas personas podían acceder a tener un teléfono, por ese motivo se hizo más difícil la búsqueda. Su marido desde el trabajo logró comunicarse con la policía, quienes constataron que los datos que él brindaba coincidían con la persona qué había tenido el accidente. “Cuando llegó mi marido me confirmó que debíamos ir a la morgue a reconocer a mi hijo”, expresó. 

“Ese fue el peor día de mi vida”, describió Olga. Además de Mario, ella tiene 8 hijos, los dos menores, lloraban todo el tiempo la pérdida de Mario. “Debí sacar fuerzas de donde no tenía para contenerme delante de ellos. Esperaba que se hiciera la noche para poder sacar todo mi dolor, y poder desahogarme sin que nadie me escuchara”, detalló. 

Con su fe puesta en Dios, el incondicional apoyo de su madre y el apoyo de su familia, Olga logró salir adelante. Al año siguiente de la pérdida de su hijo empezó a dar catequesis en la capilla de San Cayetano, allí empezó a ofrecer todo su servicio. “Muchas personas me decían que porque me había acercado a Dios si me había llevado a mi hijo. Yo no tenía nada que reprocharle a Dios, al contrario, aunque al principio me costó acepte su voluntad”, resaltó. 

“No tengo motivos para estar enojada con Dios, hoy puedo ver el crecimiento de mis nietos y eso me hace muy feliz. Es un dolor que estará siempre, nunca me voy a olvidar de mi hijo, pero yo se que está gozando de la presencia del señor y eso me deja tranquila. Varias veces se me presentó en sueños, lo vi bien, el mismo me pidió que no estuviera triste y me quería ver bien”, explicó Olga. 

Muchas fueron las personas que acompañaron en este camino de dolor que le tocó experimentar, Olga, emocionada, remarcó: “el goza de la presencia del señor, y es quien me da la fuerza para seguir. Comprendo a todas las madres que pasaron por este doloroso momento de perder un hijo, entiendo su dolor, y quiero que sepan que se puede salir adelante, todo es posible, de nada sirve encerrarse en el enojo, hay que aferrarse a la fe y en la familia para seguir después de un dolor tan grande como la pérdida de un hijo”, finalizó. 

 

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