Historias

"Mi mamá es ejemplar": ser madre, trabajar y estudiar para terminar la secundaria

Lucrecia, Nancy y María son 3 mamás que decidieron terminar la secundaria y pese a los frenos que puso la pandemia y los sacrificios de conjugar el estudio con el trabajo, este año lograrán egresar de la secundaria.
domingo, 17 de octubre de 2021 00:00
domingo, 17 de octubre de 2021 00:00

Nunca es tarde para cumplir un sueño o cerrar etapas que por motivos ajenos quedaron abiertas en su momento. Esta premisa es la que tienen muchas mujeres que pese a las vueltas que dio la vida, decidieron retomar los estudios y obtener el tan ansiado título secundario.

Hacerlo no es fácil. Implica darse un tiempo cuando la mayor cantidad de horas está dedicada a trabajar para llevar el tan necesitado ingreso económico al hogar y a la vez tener que ocuparse de las cuestiones de los hijos y la familia.

Sin embargo sí se puede y esto radica en el sacrificio y esmero que se ponga para hacerlo. Lucrecia Álvarez (34), Nancy Álvarez (32) y María Silva (22) tuvieron que abandonar los estudios cuando eran chicas por diferentes motivos. En su Valle Fértil natal hicieron su vida, tuvieron hijos y cargaron miles de responsabilidades en sus hombros. Sin embargo dijeron "no es tarde" para retomar los estudios y terminarlos.

Las 3 trabajan en la Brigada Covid del departamento, y durante la pandemia no bajaron los brazos e incrementaron sus esfuerzos. Así fue como llegaron hasta el CENS de La Majadita, en Valle Fértil. Esta localidad rural está ubicada a 8 kilómetros de la villa cabecera de San Agustín. Pese al contexto y que no hay conectividad en La Majadita, retomaron los estudios. 

Lucrecia tiene 3 hijas de 18, 15 y 11 años de edad. Su sueño es demostrar a sus hijas que puede terminar la secundaria pese a todo. "Quiero enseñarles que todo lo que se sueña se puede lograr", comenzó contando a Diario La Provincia SJ. 

Aún recuerda en su memoria cuando era chica y tuvo que dejar los estudios por cuestiones económicas. Si bien en su momento pasó a un quinto plano, siempre estuvo como la "materia pendiente". Para ella estudiar "significa capacitarme para ayudar a mis hijas, aprender y salir adelante". Durante la pandemia sí pensó en largar la toalla sin embargo confesó que sus hijas le "dieron la fuerza para seguir adelante".

En el CENS recibe herramientas para afrontar el mundo laboral con otra mirada, con la visión de que existen múltiples formas de ganar en la vida. Por eso allí ella alimentó su otro sueño: producir el escabeche de chivo. "El chivo es autóctono de Valle Fértil y el escabeche se me ocurrió. La idea es producirlo para los negocios, para el turista o por mayor. La cocina es mi fuerte y aprendimos en la escuela a encabezar nuestros proyectos como una tarea laboral viable", aseguró.

Nancy Álvarez tiene 32 años y 2 hijas de 14 y 12 años. Aún recuerda que tuvo que dejar los estudios porque eran 5 hermanos y su mamá soltera trabajaba con mucho esfuerzo para darles de comer.  "Éramos muchos hermanos y ninguno terminó de estudiar", recordó.

Ella en la mañana trabaja en la brigada y en la tarde, a partir de las 16 horas, va a la escuela. A su casa regresa a la noche y pese al cansancio que lleva a cuesta, no deja de ocuparse de las cuestiones del hogar.

"Es muy difícil pero cuando uno quiere, puede. Por ahí hay muchos obstáculos pero cuando uno quiere terminar lo que se propone, lo logra a pesar de los obstáculos", expresó y luego reconoció: "muchas veces les digo a mis hijas 'no voy más' pero ellas también me incentivan para terminar y me aguantan muchísimo". 

"Significa darle un ejemplo a mis hijas. Ahora nos dieron la posibilidad de poder terminar los estudios pero cuando era joven no tuvimos esa posibilidad", confesó.

Ahora su sueño es seguir con las herramientas que le está dando la escuela para ser independiente el día de mañana. Su "fuerte" son las cosas dulces y ya depositó sus expectativas en esto para salir adelante.

María Silva es la más joven, tiene 22 años de edad y no hace mucho dejó los estudios secundarios. Tiene una hija de 4 años que adora y por ella también decidió retomar los estudios. "La mayoría somos mamás de las que vamos a la escuela. Trabajamos en la brigada Covid de la municipalidad y vamos a la escuela. Nos arreglamos como podemos para terminar pero por suerte ya estamos en el último año de la secundaria", destacó.

Este sábado, ella con sus compañeras estuvieron al frente de un stand en la peatonal mostrando un interesante proyecto que hicieron en la clase. Son 14 compañeros que hicieron alrededor de 30 platos rústicos de madera que vendían con cubiertos y trenzado con cuero de vaca. 

"Implicó reciclar y utilizar cosas que tenemos en el departamento, darle utilidad para hacer algo bonito y enseñar a la gente a subsistir y salir adelante. La madera la obtenemos de los algarrobos de allá. La cortamos y lleva un proceso de secado pero en el campo también lo obtenemos seco. La idea es no matar el árbol sino usar lo que ya está seco por naturaleza", expresaron.

El cuero que usan lo obtienen del matadero del departamento y lo curten. La presentación que generan es tan atractivo y de buena calidad, que los peatones que circularon por el lugar no dudaron en comprarlos. 

"Es hermoso lo que hacen", indicaron varios compradores y la sonrisa de ellas como las ilusiones de seguir creciendo de la mano de los estudios se dibujó siempre en sus rostros.

¡Feliz día mamás!

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