Historia

La Planta, el pueblo aislado de Caucete que sufrió fuertes cambios con la Fase 1

El transporte público dejó de pasar, no trabajan más hachando leña y la escuela permanece con sus puertas cerradas. El rol de la familia es fundamental para estudiar.
lunes, 7 de septiembre de 2020 00:00
lunes, 7 de septiembre de 2020 00:00

Ubicado a 135 kilómetros de la Ciudad de San Juan, la La Planta, es una de las localidades de Caucete que está aislada por naturaleza. En "medio de la nada", y donde supo ser una reconocida planta minera, sus 350 personas vivieron una Fase 1 intensa y con cambios radicales en sus costumbres.

A partir de que el 19 de agosto se declaró el brote del coronavirus en San Juan, pero especialmente en Caucete, la vida de los habitantes de aquel pueblo dejó de ser la misma. Desde la radio hasta las redes sociales se convirtieron en el canal de acceso a la información de lo que ocurría en la villa cabecera del departamento con barrios bloqueados y "multiplicación" de casos.

El miedo, factor que marcó a todos, llevó a rescindir una de las actividades laborales más fuerte que tenían sus habitantes: el hachar leña. Pero también el transporte público dejó de pasar cerca y con eso el aislamiento se convirtió en un extremo, ya que la mayoría de sus vecinos no cuentan con movilidades particulares que no sean el burro o el caballo. Y como si fuera poco, la escuela que tanto aman volvió a cerrar sus puertas.

"Estamos alejados de todo. Antes estábamos acostumbrados al transporte público y ahora no. A veces teníamos que ir a hacer las compras y el cobro de los chicos y ya no se puede. Estamos aislados por el tema de la pandemia. Tenemos que aprender a vivir y a cuidarnos porque el virus es delicado", comenzó expresando Ivana Romero a Diario La Provincia SJ.

La mujer tiene 7 hijos y los mayores temores que tiene son por ellos, por lo que puede provocar la enfermedad si entra y con el agravante que allí no hay sala de primeros auxilios ni hospital cercano.

"Miedo tenemos, vamos mes a mes un integrante para hacer las compras y cobro. Queremos que desde el municipio nos mande un transporte cómo venían haciendo. Estamos lejos, miramos mucho facebook y vemos lo que pasa en Caucete pero nosotros estamos retirados. Tampoco hay transporte público, todo lo que sabemos es lo que vemos por internet y nos preocupa lo que pasa en Caucete", agregó pidiendo "que no se olviden de nosotros". 

Leña por ahora no

Cuando el brote de coronavirus se generó en agosto pasado, una de las hipótesis más fuerte con la que trabajó el Gobierno sobre qué fue lo que lo generó fue las rutas de la leña. Es que se analizó como hipótesis que "el germen del brote" en Caucete se dio porque muchos iban hasta el límite de la provincia por pasos ilegales para traer madera. 

A partir de este escenario, los pasos se cerraron y quienes se dedicaban a esto, dejaron de hacerlo. Con la Fase 1, quienes viven en La Planta tuvieron que poner un freno a ésta que es una de las pocas actividades laborales con la que cuentan.

"Acá trabajo no hay. Antes de la pandemia sí la gente iba a trabajar pero ya uno no puede por el virus, tenemos miedo. La tarea de nosotros es la cosecha pero cuando es tiempo sino hasta hace poco se iba a hacer leña o tareas en otros lados, pero ahora no", explicó la mujer lamentando que ahora "todo es muy difícil, dependemos del salario de los chicos y alguna pensión pero no nos alcanza".

Con el difícil compromiso de educar

La escuela República de Bolivia es uno de los lugares más querido por todos los vecinos de la localidad. Allí no solo recibe educación 44 chicos, hasta 3er año de la secundair, sino que también se convierte en el espacio de contención de la comunidad. Antes de la Fase 1, y cuando casi toda la provincia volvió a las clases presenciales, ese establecimiento volvió a abrir las puertas para recibir los alumnos.

"La escuela es todo lo que hay y a partir de la escuela surge todo. Por ejemplo, Salud Pública va y atiende en la escuela. Son cosas muy fuertes, ver la escuela cerrada es fatal", comenzó expresando el director Jorge Lozano quien destacó que el miedo de los vecinos al coronavirus "se agudizó cuando sin saberlo cerré la escuela" en el marco de la pandemia.

A diferencia de otros establecimientos educativos de la provincia, La República de Bolivia fue una de las primeras escuelas que volvió con las clases presenciales de 1 a 3 grado del ciclo básico. Comunmente la escuela brinda Jornada Completa pero en este escenario se dio solo Jornada Simple, en el turno mañana. 

"Ha dolido un montón que esté cerrada, la vuelta de los chicos a clases fue muy dura, estaban aterrorizados. Allá no se vive mucho la cuarentena, sin embargo los vi aterrorizados, con mucho miedo. Cuando salimos el primer día les pedí que se sentaran distanciados, les hacían colocar el barbijo, los maestros andaban con esas máscaras, era un mundo antipático. Se encontraron que el aula que ocupaban ya no era la que antes ocupaban", expresó el director.

Por su parte, Ivana Romero destacó que "es bueno que la escuela esté porque se aprende a estudiar. Lo mejor del pueblo es la escuela porque a parte los chicos aprenden".

Luego con el regreso a Fase 1, la escuela cerró nuevamente y la familia se convirtió en formadores de los niños en edad escolar bajo la coordinación remota, vía digital, de los maestros y el director.

Débora Mercado tiene 15 años de edad y terminó el año pasado de cursar en la escuela. Tiene 4 hermanos en edad escolar y a ellos les dedica su tiempo para que no se atrasen con los deberes y puedan seguir formándose hasta que vuelva a abrir el establecimiento educativo. 

"Extraño la escuela y mucho. Yo les ayudo a mis hermanos. A ellos les mandan tareas por whatsapp y yo les explico. A veces ayudo a mis papás. Es muy lindo porque aprendo cosas que ya me había olvidado", confesó la adolescente quien destacó que aprendió "cosas nuevas a través de la cuarentena" como "aprendimos a ser feliz con lo que se tiene".

"Aprendí a compartir muchos momentos con mi familia, que espero que nunca me falte. Ahora estamos juntos gracias a Dios. Solo tengo un hermano que no está acá. Pero sabemos que está bien, no lo vemos desde que empezó la cuarentena. Vive en Chepes", expresó.

La comunidad que vive en La Planta destaca que la localidad está cerrada, no ingresa ni egresa nadie, con lo cual las posibilidades de contagio son bajas y eso les transmite tranquilidad.

"Gracias a Dios no se tiene gente que ingrese de otra provincias. La gente antes salía a trabajar pero como se vino esto no hay pasada para ningún lado. Gracias a Dios no ha habido nadie contagiado. Acá no sale ni entra nadie. Somos los que estamos acá y nadie más", subrayó la joven quien destacó "estamos aislados de todo, no se puede hacer nada".

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