Relato en primera persona

Caucetera con coronavirus: “es difícil la incertidumbre de no saber qué va a pasar”

La joven de 26 años vive en el Barrio Justo P. Castro I, en Caucete y es la única que dio positivo en su familia. Aunque se mantiene asintomática, su resultado de coronavirus cambió el modo de vida de todos.
miércoles, 26 de agosto de 2020 00:00
miércoles, 26 de agosto de 2020 00:00

El pasado miércoles 19 de agosto, San Juan posó sus ojos sobre Caucete después de que Salud Pública aisló el Barrio Justo P. Castro I tras un caso positivo de coronavirus sin nexo epidemiológico. Desde ese momento las zonas bloqueadas se fueron extendiendo por el Gran San Juan y la Fase 1 de cuarentena estricta volvió como modo de vida por 14 días, para tratar de mitigar la expansión del virus.

En aquel momento fueron varios los casos que se detectaron en ese barrio con el correr de las horas, y entre ellos se confirmó a Anisa Morán, una joven docente de 26 años, que dio positivo y que al momento de hisoparse se encontraba viviendo con su abuela de 79 años. Desde entonces, el modo de vida de su familia cambió por completo y si bien ella se encuentra asintomática y tranquila, asegura que vivió duros momentos al enterarse.

“Todavía estoy muy sorprendida de mi resultado, sinceramente no me lo esperaba, es una lotería este virus y me tocó a mí. Al aislamiento lo estaba transitando en la casa con mi abuela que tiene 79 años, ella es paciente de riesgo y desde el momento que me dieron el resultado me preocupé por ella, compartimos la misma casa”, contó Anisa a Diario La Provincia SJ.

La chica decidió hisoparse junto a sus padres tras el difícil momento que se vivía en el barrio, sin ni siquiera sospechar del resultado que horas más tarde recibiría. Fue entonces que decidió aislarse en la casa de su abuela mientras que la mujer, mayor de edad y perteneciente al grupo de riesgo, se mudó a vivir con su hija y madre de su nieta.

“Desde Salud me pidieron que me aísle momentáneamente en una pieza hasta que me pasaran a buscar para llevarme a un hotel pero no se volvieron a comunicar conmigo. Desde ese momento yo misma decidí aislarme en la casa donde estoy y mi abuela se fue a vivir con mis papás. Estoy sola y soy consciente que soy responsable de mi aislamiento”, señala la joven.

Y agrega que “anímicamente ya lo asumí pero al principio sí me costó mucho. Lo bueno es que tengo mucho apoyo de la familia que es algo muy importante. He recibido muchos mensajitos y llamadas, acá en Caucete la gente se ha solidarizado y ha tenido mucha empatía con los casos positivos. Como departamento estábamos tranquilos y no lo esperábamos, me sentía culpable pero entendí que esto le puede pasar a cualquiera, sentí mucha miedo por mi familia”.

Anisa es docente de sala de 3 años, por lo que el pasado 10 de agosto no volvió a clases presenciales, motivo que la llevó a continuar con la virtualidad. Sin embargo también trabaja en el área de la salud y hasta el momento no tiene una teoría de cómo ocurrió el contagio.

“Desconozco cuándo y dónde me contagié, a mis vínculos estrechos les dio negativo a todos el hisopado, incluso a mi abuela así que eso fue un gran alivio. Como estoy en su casa cumpliendo el aislamiento ya que no me llevaron a ningún lado, me manejo con la comida que ella tenía para proveerse. Todo el tiempo estoy con guantes y barbijo y desinfecto todo. En la casa cerré algunas habitaciones y dejé abiertas solo la habitación donde duermo, el baño y la cocina comedor. Me dijeron que no deje nada sucio, ni los platos que uso. Obviamente cuando pase todo esto tengo que desinfectar toda la casa”, explicó al momento de hablar de los cuidados que mantiene.

Si bien se encuentra a sólo pocas cuadras de la casa de sus padres, revela que los extraña y entiende que la asistencia psicológica se vuelve más necesaria que nunca.

“Estoy en el mismo barrio que mis papás, en el Justo P. Castro I, a tres cuadras de la casa. Eso me afectó mucho porque soy muy familiera y el no poder verlos, abrazarlos o tener contacto es duro. Mis amigos me dicen que esto me prepara para irme a vivir sola (ríe), pero sé que son situaciones diferentes, en ese momento voy a tener cerca a mis papás, ahora no los tengo conmigo aunque todos los días hablamos por teléfono y nos comunicamos, pero siento que están del otro lado del mundo y los extraño mucho”, cuenta con emoción en la voz.

“Es difícil la incertidumbre de los primeros momentos y es duro porque a veces me pasa que me despierto en la noche para saber si estoy bien, si respiro bien o si siento los olores, o hasta me tomo la temperatura. Hasta el momento no tengo ninguno de los síntomas gracias a Dios. Me siento bien con mucha fuerza y mucha fe gracias a lo que me transmiten mis vínculos. La contención es muy importante porque es lo que te ayuda a recuperarte. A veces pienso en el chico que falleció en el hotel (en Capital) y entiendo que la ayuda psicológica es fundamental”, añade conmovida por aquella situación.

El fin de semana anterior a que San Juan comenzara a transitar el proceso de vuelta a la Fase 1, Anisa se encontró con amigos y estuvo con su novio, contactos estrechos a los que hisoparon y que obtuvieron resultados negativos. Es por eso que la chica se encuentra calmada ya que su mayor miedo, el de contagiar a alguno de los suyos, no ocurrió.

“Tengo 26 años y estoy con coronavirus, trato de no mirar mucho las noticias porque a veces me hace mal pero entro a redes sociales y me encuentro con la información. Al principio, cuando me dieron el resultado escuché una de las conferencias de Salud Pública para saber qué medidas debía tomar. Ahora me preocupa la cantidad de casos que aumentan a diario”, asegura.

“En este caso me tocó a mí y no me gustaría que le toque a nadie cercano mío pero veo que mientras no le toca a alguien conocido, no se toma conciencia de lo que pasa. Es duro pero es así y lo digo desde mi experiencia, ahora rezo para que solo sea yo la que tenga el virus y nadie más de mi entorno. Sé que esto lo voy a superar, sé que es una batalla más que Dios me pone en la vida pero con fe la voy a ganar”, finaliza agradecida por el apoyo recibido, y esperanzada en su pronta recuperación 

Por su parte, su madre Silvina Correa, detalla que a partir del resultado positivo de su hija, el modo de vida de la familia se transformó por completo.

“Sabemos que esto nos podía pasar, pero lo que uno no sabe es cómo vivir y qué hacer cuando te dicen que sos positivo en coronavirus. A mi hija le dijeron que en 30 minutos la buscaban para trasladarla pero hasta el momento nadie más se comunicó, estamos así desde el viernes 21 de agosto”, dijo la mujer  este medio, quien quedó junto a su esposo al frente de extremos cuidados por ser contactos estrechos de la joven, y por su madre.

“Mi hija nos dice que está bien y sé que lo hace porque somos sus padres y no nos quiere preocupar, pero me imagino lo que debe sentir. Ella es fuerte y lo va a lograr, va a salir de ella, mientras tanto acá estaremos para cuidarla, todos nosotros dimos negativo y eso nos tranquiliza, pero no deja de ser una situación difícil”, añade a su relato.

A solo una semana de comenzar a vivir un impactante cambio social en San Juan, Silvina pide a la comunidad que continúen cumpliendo las normas establecidas ya que los casos registrados no son sólo números.

“Cuando nos avisaron del resultado dije que mi hija había dado positivo porque entendí que es un acto de responsabilidad que los demás supieran para que también se protegieran y estuvieran al tanto si habían tenido contacto con ella. Con mis vecinos creamos un grupo de WhatsApp para estar informados y prestándonos apoyo cuando alguno lo necesita. Estamos bien, pero por favor a la sociedad caucetera y en general, les pido que no se relajen, es una situación complicada pero está en nosotros controlarla”.

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