Fe

Martín Nacusi, el nuevo Diácono de San Juan: "seguir a Dios es una aventura"

Luego de posponerlo dos veces por la pandemia, este sábado fue su ordenación junto a Miguel Chirino.
domingo, 4 de octubre de 2020 18:40
domingo, 4 de octubre de 2020 18:40

La Iglesia Católica está de fiesta. Es que este sábado, finalmente y luego de tener que suspenderlo dos veces por el coronavirus, finalmente se ordenaron como Diáconos Martín Nacusi y Miguel Chirino, quien es la primera vocación que surge de 25 de Mayo.

Por su parte, Martín, quien surgió de la comunidad de Guadalupe en Capital, lleva nueve años en el camino de Dios y finalmente este sábado pudo compartir este gran paso con toda la comunidad a través de Youtube. El nuevo Diácono contó a Diario La Provincia SJ cómo fue su recorrido y cuáles son sus expectativas para esta vida de servicio que eligió transitar.

Cuando se graduó de la escuela secundaria se mudó a Buenos Aires para seguir una carrera universitaria, pero pronto recibió un llamado que no llegaría a través de un teléfono, sino de un sentimiento profundo de amor.  "Elegí este camino porque me sentí llamado desde la fe, sentí que Dios me tenía una propuesta distinta a lo que yo desde mi especulación de joven había pensado a qué dedicarme en un futuro. En un primer momento terminé en Buenos Aires para estudiar animación, para hacer dibujos animados y seguir en el rubro del arte que lo he mamado desde chico. Sentí que el Señor me llamaba para algo más y traté de escucharlo. En todo un año largo de prestar atención a sus mociones, pude ir discerniendo junto a un acompañante espiritual que Dios me llamaba a este camino de la vida sacerdotal", recordó.

Amable, feliz y sobre todo una persona que contagia su paz. Esas cualidades hicieron que se robara el cariño de los fieles de las parroquias por las que pasó quienes en este día tan especial le hicieron todo tipo de mimos virtuales celebrando su vocación. 

"Dios me devolvió a mi lugar de origen y fue con él que fui redescubriendo nuestra sociedad, nuestra geografía, me regaló experiencias de mucha resurrección aquí mismo en San Juan. Siento que Dios es muy detallista porque se encarga de llenarme de gozo, tal vez con un signo en la naturaleza, o un mensajito que me hace sentir pleno en este camino que él me invita a recorrer", agregó. 

Con el paso del tiempo descubrió que su carisma era diocesano por lo que comenzó a rotar por parroquias, pero siempre adentro de la provincia. Estuvo cuatro años en la Iglesia de Guadalupe, otros dos haciendo el apostolado en la Catedral, dos más en Cristo Rey y hasta mayo estuvo en la Medalla Milagrosa, momento en el que volvió a Caucete.

"Conté con una gracia muy grande es que mi familia me acompañó desde el inicio con sus oraciones. Ellos me dieron mucha libertad para elegir. Mis papás, mis hermanos, mis tíos, mis abuelos, todos han rezado mucho para que yo pueda ser feliz con este camino. Hubo momentos en donde yo no los pude acompañar porque fui asumiendo esta gran familia que es la Iglesia. Dios me regaló un montón de amigos en las distintas parroquias. En el Seminario empezamos siete compañeros y compartimos tanto que a la palabra hermano, uno le da el valor que tiene, no solo un modismo sino una realidad concreta".

El arte al servicio de la evangelización
Más allá de que la comunidad católica se convirtió en su nueva familia, Martín tuvo la suerte de crecer en un hogar rodeado de estímulos y arte. Su mamá, Liliana Gutierrez, es una gran promotora de las expresiones artísticas y actual propietaria de la academia de comedia musical Stars. 

"Mi primer vocación fue la de artista. Desde los cuatro años estuve en un escenario. En mi camino de fe me sentí muy bendecido por el arte porque es un canal de expresión. Para mí el ponerme a cantar, a componer, a dibujar, a bailar o a pensar una obra de teatro, también es una pasión en la que me descubro a mí mismo. Es la forma de sacar las riquezas que Dios puso en mi interior. Siento que vibro mucho con el arte". 

Fue este espíritu el que lo llevó a formar parte de una importante iniciativa. "Hace muy poquito empezamos acá en la diócesis un camino de servicio que se llama Pastoral Artística. Se busca integrar a los artistas de la Diócesis al servicio de la Evangelización". 

Un antes y un después
Si hay un momento en el que la percepción de la gente cambia cuando ve a un seminarista es cuando comienzan a usar el cleriman. 

"La primera vez que me vi con el cleriman me emocioné mucho, no lo podía creer. Fue algo muy fuerte. En un primer momento, sobre todo cuando la gente nos ve con el cleriman, tiende a ubicarnos desde la función. Cuando ya comenzamos a tener un vínculo y surge la fraternidad y la amistad ya me llaman Martín. Muchos me preguntaron si después de la ceremonia iban a tener que llamarme Padre, y yo les decía que no. Es muy lindo porque en el trato van descubriendo a la persona detrás del rol y eso nos permite hacer camino conociéndonos de verdad".

Los fieles, esas personas que fueron acompañando su vocación con sus oraciones y su compañía, se transformaron en pilares fundamentales de su carrera. "Le debo la vocación a los fieles. Hubo un cura que ya falleció que fue mi primer rector en el Seminario, Roberto Casasola, él decía que las vocaciones surgen de una comunidad que reza. Soy oriundo de Guadalupe y el padre Quiroga Marinero incentivó muchísimo la oración por las vocaciones. Por donde he ido pasando me fueron regalando hermanos intercesores que me han permitido amar y superar crisis porque han estado rezando. Me siento muy privilegiado por la oración de toda la comunidad". 

 

"El camino de seguir a Dios es una aventura, siento que no me puedo aburrir. Como sacerdotes acompañamos a las personas desde su nacimiento hasta su muerte. En un día pasamos de celebrar y festejar una vida que nace, un casamiento a estar sentidos y dolidos por alguien querido de la Parroquia. Es un desafío el trabajar las emociones para poder acompañar a todos en las situaciones en que llegan a buscar ayuda. Quiero pedirle a la gente que rece especialmente para que mi corazón sea cada día más misericordioso, más parecido al de Jesús", sentenció Nacusi.

Sin dudas, un hombre que fue capaz de mirarse hacia el interior y encontrar la vocación que San Juan necesitaba.


 

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