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Brenda, la embajadora que aprendió desde chica las responsabilidades del hogar

Brenda representará a Angaco en la Fiesta Nacional del Sol. Estudia para ser contadora y le gustaría ayudar a la gente de la calle.
martes, 24 de diciembre de 2019 00:00
martes, 24 de diciembre de 2019 00:00

Su mirada irradia mucha dulzura y en cada una de sus palabras, marca el amor a su familia y el deseo de ayudar a los que más lo necesitan. Brenda Daniela Uñate Carrera tiene 21 años de edad y es la embajadora de Angaco para la Fiesta Nacional del Sol. La joven estudia la carrera Contador Público Nacional en la Universidad Nacional de San Juan y es recibida del instituto Saint Tomas en idioma inglés.

Es una persona muy sensible y desde muy chica tuvo responsabilidades que, asegura, marcaron quien es hoy. Brenda es la mayor de tres hermanos y desde pequeña ha tenido un rol muy importante en su familia: con ayuda de sus abuelos, con quienes ha crecido, se encargó del cuidado de sus hermanos. 

“A mi papá le ha tocado trabajar en comisarias en zonas alejadas, se iba dos o tres días y se quedaba cuatro acá. Y mi mamá, que es docente, se quedaba en la escuela mañana y siesta. Yo siempre he vivido con mis abuelos maternos y el vínculo con mi abuela era de madre a hija, porque siempre he estado con ella cuando mi mamá trabajaba. Cuidaba a mi hermano, mi abuela nos ayudaba. Me preparaba para ir a la escuela y hacia la comida", recordó con melancolía y orgullosa de lo que es su familia.

Con tan solo ocho años, empezaba a comprender las dinámicas de un hogar.  “He aprendido de ella a ocuparme de los aspectos de la casa, siempre me han enseñado a planchar, a cocinar y a limpiar, siempre he sido muy independiente en ese sentido”, expresó.

Una relación muy especial la une a su abuelo, su “segundo papá”, como ella dice, fue muy importante para ella y su hermano.  Su muerte fue una de las situaciones más difíciles que le tocó atravesar, “fue antes viaje de egresado, el 30 de octubre 2009, el mismo día que yo iba a viajar, amaneció muy enfermo y cerca del mediodía fallece en casa en mis brazos. Nunca pensé pasar por esa situación”, lamentó, aunque se abocó mucho al hogar y su familia ha tenido tiempo para trabajar por los demás.

“He podido vivir con Acción Católica diferentes situaciones de personas que están en situación de calle. Entre todos hacíamos una colecta y nos ayudaban con té, con café, galletas y alimentos para llevar un día a la semana siempre, jueves o viernes, a la terminal o a lugares de acá de Angaco y darles, aunque sea un ratito de alegría y compañía que ellos necesitan”, comentó la angaquera.

En relación a esto expresó que uno de sus objetivos personales es “trabajar con gente en situación de calle y con el apoyo del gobierno darles un techo y ayudarlos quizás a conseguir un trabajo, que ellos se sustenten solos”. Otra cosa que le preocupa es “los niños de zonas alejadas, que no tienen acceso a obras sociales puedan acceder más fácilmente a la salud, y no tener que viajar al centro. Muchos niños deben venir en la noche a hacer fila para colocarse al otro día una vacuna en los hospitales”. Para resolver esto propone “trabajar más en las salitas y en los distritos que no hay colocar una”.

Brenda se considera una mujer simpática, divertida, optimista con ganas de enfrentar el desafío de ser embajadora no reina. “Es un nuevo desafío, muy distinto a las ediciones anteriores, es un cambio bastante grande y positivo”, aseguró. “Las mujeres que cambiaron el mundo no han necesitado nunca mostrar otra cosa que su inteligencia. No se trata de belleza, ni de ser la mejor, sino que cada una sea su propia versión”, comentó la angaquera.

Por último, espera que la noche de la premiación sea vivida por todas las candidatas "de la mejor manera posible". "Que seamos nosotras, ya que el cambio nos permite eso”, finalizó agradeciendo a su familia y a la municipalidad de Angaco por la oportunidad de representar a su departamento.
 

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