José Sandovare tiene 15 años y vive en el asentamiento Las Talas, a 5 kilómetros de la ciudad de Caucete, en San Juan. Ni su mamá ni su papá terminaron el colegio. En su casa no tiene ni luz ni agua, por lo que tiene que tomar la del canal o juntar en tachos la que deja la municipalidad. Pero lo que más lo desespera es que ninguno de sus padres tiene trabajo y sobreviven con la AUH. Él, como tantos niños del país, tiene parte de su futuro hipotecado.
La situación de este adolescente no es la única que se vive en la provincia o el país, sino que es un ejemplo de los 8 millones de pobres que hay en la Argentina, y del 62,5% de los menores de hasta 17 años que tiene alguno de sus derechos vulnerados. Los datos pertenecen al último informe emitido por del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, de la Universidad Católica Argentina, UCA, que fue publicado por diario La Nación con el detalle de los índices de vulnerabilidad por región.
El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, con base en el Censo de 2010, realizó un exhaustivo análisis sobre los índices de vulnerabilidad en la Argentina. La Nación desarrolló mapas interactivos que reflejan esta realidad por región, por provincia y por localidad, lo que permite dimensionar la incidencia de la problemática en los distintos rincones del país.
En este escenario, se indicó que el promedio del índice factorial de vulnerabilidad es de 19.85 lo que significa un total de 798.918 de hogares. De ese total del índice de vulnerabilidad, el 23.91% está en San Juan lo que implica 177.155 hogares. En este contexto, el informe se centró en Las Talas y Marayes.
El número, basado en el enfoque multidimensional de la pobreza, supera las cifras oficiales a nivel nacional, que contemplan solo el aspecto económico, y señalan que el 39,7% de los menores de hasta 14 años son pobres en ingresos y que el 4,8% son indigentes.
"Este gobierno tiene como prioridad reducir la pobreza en nuestro país. El primer paso en este sentido fue sincerar, hablar con la verdad. Creemos que reconocer el problema es la única manera de empezar a solucionarlo", sostuvo la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley.
En el relevamiento de la UCA, además de los ingresos necesarios para subsistir, se miden índices vinculados con la alimentación, la salud, la vivienda, los espacios de socialización y el acceso a las nuevas tecnologías, entre otros.
"Es claro que todavía tenemos deudas pendientes muy significativas, que los desafíos son superlativos y estamos muy lejos de un ejercicio efectivo de los derechos de los niños", explicó Ianina Tuñón, coordinadora del Barómetro de Infancia de la Universidad Católica Argentina.
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