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Ian, el nene que cayó de un 2do piso: "sabía que me iba a mejorar porque la virgen la tenía al lado"

Ian, el nene de 10 años que cayó de un segundo piso en el barrio San Martín contó qué ocurrió ese día y cómo fue su recuperación. "Cuando iba cayendo, cerré los ojos y sentí el golpe en la cabeza", narró.
jueves, 26 de abril de 2018 00:00
jueves, 26 de abril de 2018 00:00

"Sabía que me iba a mejorar porque la Virgen y el Cura Brochero los tenía al lado, entonces me mejoré. Siempre miraba para arriba y le pedía a Dios mejorarme". Con esas palabras, Ian Agüero contó cómo vivió sus tres días internado en el Cimyn. El niño de 10 años cayó desde un segundo piso el pasado domingo en el barrio San Martín y su recuperación fue definida por su familia como un "milagro".

El pequeño, que es jugador de la Escuela de Fútbol de Peñarol, contó a Diario La Provincia cómo fue que llegó a caer desde más de 7 metros de altura y lo que sintió los días posteriores en la internación. El niño primero estuvo en Terapia Intensiva pero con el paso de las horas fue siendo derivado a otras salas hasta finalmente recibir el alta médica este miércoles.

"El día que me caí, salté a la baranda, no me pude agrarrar y caí para atrás. Con el pie quise agarrarme y me di vuelta. Cuando iba cayendo, cerré los ojos y sentí el golpe en la cabeza. Caí primero con la cabeza y luego con el cuerpo. Luego salieron todos los vecinos porque fue fuerte el golpe", relató el niño quien, según la aclaración de su madre, Romina Zárate, después de que golpeó contra el pavimento, su hijo estuvo 3 minutos inconsciente.  

"Un vecino me llevó dentro de la camioneta y cuando me llevaban, me faltaba el aire. Pensé que me había quebrado las piernas y que nunca más iba a jugar a la pelota. Caí con la pierna doblada y no la podía mover del dolor. Pero al otro día ya me sentí como nuevo, no me dolía nada. Como un cuerpo nuevo", narró Ian.

Cuando el niño quedó internado, el primer diagnóstico médico no era muy alentador. Los profesionales le dijeron que tenía la calvícula salida, el ante-codo con dos quebraduras, la muñeca igual, la cadera al parecer estaba quebrada en tres partes y el pie también. Sin embargo con el correr de las horas y días, todos esas consecuencias del golpe fueron desapareciendo. Tal es así que en la mañana del martes, en la tomografía salía que tenía "partida" la cadera pero luego en la noche eso ya no estaba.

Al lado de su cama, en Terapia Intensiva, estuvo todo el tiempo la imagen de la Virgen y del Cura Brochero. "Yo no les rezaba pero miraba para arriba y les pedía ponerme bien", confesó el niño quien estraña ahora mucho jugar con sus compañeros y entrenar en Peñarol."Cada gol que meto se lo dedico a mi tío que murió hace un tiempo. Hago así como Messi (el niño hace la señal de la cruz y apunta con su dedo al cielo). Quiero jugar en Argentina y en River. Mi sueño es ser jugador profesional y llegar a escuchar en la cancha que todos griten Ian", finalizó el niño con una mochila de sueños en el hombre y muy pocos vestigios de una caída que hoy quedó en el recuerdo.

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