Premio Comunidad a la Educación

El Programa "Empleo con apoyo" del Instituto Aleluya, es orgullo y ejemplo a nivel nacional

El programa Empleo con Apoyo del Centro Educativo para Adultos Vida Nueva perteneciente al Instituto Aleluya recibió el premio de la Fundación La Nación y es ejemplo nacional.
lunes, 28 de diciembre de 2015 16:30
lunes, 28 de diciembre de 2015 16:30

Es orgullo provincial y se convirtió en ejemplo nacional. Gracias a su importante labor, este año se consagraron con el premio Comunidad a la Educación de la Fundación La Nación. Se trata del programa Empleo con Apoyo del Centro Educativo para Adultos Vida Nueva perteneciente al Instituto Aleluya que actualmente cuenta con 33 jóvenes que desafiaron los límites de los prejuicios sociales, consiguieron un trabajo y son modelo a nivel país. 

 

El programa Empleo con Apoyo y surgió en el 2008 después de varias experiencias de incluir a jóvenes en distintas empresas. Se estudió modelos de este programa en otros países como España y en la misma Argentina y luego se encaró en San Juan. Actualmente tiene a hombres y mujeres a partir de los 18 años hasta más de 40 años de edad.

"Todas las aves tienen el mismo derecho a volar, todas diferentes en su vuelo pero con el mismo derecho", expresó Marianela Atencio, preparadora Laboral del Centro Educativo para Adultos Vida Nueva que es uno de los cinco servicios con el que cuenta la institución Aleluya. Desde allí se trabajan en "Empleo con Apoyo" para la inclusión en lo social, familiar y ocupacional de las personas con discapacidad intelectual, que son en su mayoría personas con Síndrome de Down.

 

Entre las historias que se destacan se encuentran el de Melisa Alaníz que trabaja como recepcionista en el área de Educación Privada del Centro Cívico y que llegó allí después de probar experiencias laborales en distintas instituciones públicas y privadas de la provincia. También está la historia de Tamara Roy que trabaja en la heladería Grido y Luis Olmos que lo hace dos veces por semana en una veterinaria, a la que aporta su sencillez y amor enseñando a los profesionales de la salud experiencias que "solo se aprenden del corazón".
 
Gracias a este proyecto descubren todo lo que son capaces de alcanzar cuando alguien les da la oportunidad de demostrarlo.
 
"Mi vida cambió. Acá me siento feliz, cómoda y útil. Es muy emocionante para mí y mis compañeros de trabajo también se emocionan porque soy una gran ayuda para ellos", explicó Melisa en La Nación, quien es querida por sus compañeros que destacan en ella la paz y la alegría que traslada siempre en la oficina.
 
"Es muy afectuosa y responsable. En este tiempo Melisa se ha desarrollado muy bien y ha adquirido numerosas habilidades. Está totalmente integrada y sus compañeros la han ayudado para que pueda desenvolverse. Notamos que cambió el clima laboral porque ella aporta algo distinto y logró una transformación muy positiva para todos. No solo ha crecido ella, sino también nosotros", expresa Julio Fernández, director de Educación Privada.

 

Una de las figuras clave que hace posible esta transformación es la del preparador laboral. Ellos se ocupan del entrenamiento del joven en los distintos lugares de trabajo que abarcan desde una heladería o una casa comercial de ropa hasta un jardín maternal, una oficina administrativa o una veterinaria. A su vez, hacen de nexo entre el empleador y los profesores del Centro Vida Nueva. Se trata de un proceso personalizado que tiene como objetivo acompañar a las personas con discapacidad en su inserción laboral, lo cual implica fortalecer las competencias necesarias para cada puesto y dar respuesta a las inquietudes que puedan surgir tanto por parte de las empresas como de los jóvenes.

"Los entrenamos y hacemos las intervenciones necesarias para que los jóvenes se vayan desarrollando cada vez de forma más autónoma. Por eso nuestro apoyo se va retirando de manera gradual y solo aparece nuevamente cuando surge algún emergente o situación que lo requiera", asevera Marianela Atencio, la preparadora laboral de Melisa.

Cada uno de los 33 jóvenes que actualmente tiene un empleo cuenta con un preparador laboral encargado de guiarlos en este proceso. Tal es el caso de Luis Olmos quien gracias a esta ayuda puede dedicarse a lo que le apasiona: los animales. "Me siento feliz cuando vengo a trabajar", dice mientras baña con cuidado a uno de los perros de la veterinaria El Arca. Asimismo su mamá describe con palabras lo que a simple vista es evidente: "Esto es un sueño cumplido, a Luis le encanta lo que hace. Los domingos antes de acostarse me pregunta: mamá ¿qué voy a hacer mañana? Y yo le contesto: vas a trabajar. Entonces él me dice contento: ¡Estoy salvado! ¿Qué es lo que más admiro de Luis? Que siempre me da fuerza, porque él demuestra que esto es posible y mucho más también", dice esta madre emocionada.

 

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