Llevaba siete años viviendo entre los policías de la Comisaría Primera sin embargo su edad era mucho mayor. Nadie se acuerda bien cómo fue que llegó hasta allí pero sí guardan en la memoria lo fiel que fue al lugar y a la gente que allí trabajaba. Su nombre era Paco y el 11 de diciembre murió de forma natural dejando un gran dolor entre muchos de sus "compañeros humanos" de la policía.
"Cumpliste con tu deber de "oficial" trabajando jornada completa los 365 días del año, nunca abandonaste la seccional 1° de Policía en vaya a saber que cantidad de años... y de a poquito te fuiste apagando... te vamos a extrañar, ya no te vamos a ver más perseguir autos... desde ayer estarás corriendo las nubes que se lleva el viento...", escribieron en la red social lamentando la partida de quien fue más que una mascota.
El animal vivió en la esquina de Rivadavia y Alem, y los días de lluvia o viento se refugiaba bajo el techo de la Comisaría Primera. No le gustaba entrar al lugar porque su corazón no solo estaba ahí adentro sino con varios de los vecinos de la zona. De hecho, Silvia Garcés, una vecina de la cuadra, fue quien siempre lo alimentaba y le brindaba más cariño aún del que recibía.
Quienes pasaban se acuerdan de él por vigilar los autos de la cuadra y "festejar" la llegada de los móviles policiales. Pero las anécdotas también guardan el recuerdo de sus gruñidos ante los detenidos que ingresaban a la seccional y sobre todo cuando cualquier auto pasaba por calle Rivadavia y él salía a ladrarle las ruedas.
