martes, 31 de diciembre de 2013
07:28
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Son sólo siete casos. Sin embargo en San Juan se registran cientos de historias como estas que quedan en el anonimato y no se dan a conocer a la opinión pública. Lamentablemente el 2013 quedará en el recuerdo como un año en el que los niños fueron protagonistas en hechos tristes y que causaron dolor en gran parte de la sociedad.
Secuestros, violaciones, abandono y desprecio de algunos padres hacia sus hijos formaron parte de la agenda de malas noticias que los medios tuvieron que informar. Pero también hubo casos que, más allá de la tristeza propia de estos, generaron una experiencia positiva a posteriori.
A continuación algunos de los casos.
El niño que limpió la sangre de su mamá
El caso conmovió a la sociedad en mayo del 2013. Un hombre mató a su esposa a golpes y le pidió a su hijo que lo ayudara a lavar el cuerpo y trasladarlo a una cama. El niño, después de que detuvieron a su padre, escribió con sangre de su madre "Mama" en el timbre de la casa. Se trata del caso Estela Bustos, la joven madre asesinada por su pareja Cristian Fretes.
Se trata de Kevin Fretes de 11 años, un pequeño que hasta el día de hoy sufre y padece la ausencia de su madre. Pero además tiene miedo de que algún día su padre salga de la cárcel y lo mate junto a sus tres hermanos menores como hizo con su madre. Actualmente él y sus hermanos reciben ayuda psicológica y social.
La nena que fue secuestrada y mantuvo en vilo a la sociedad
Tatiana Castro tiene siete años y fue secuestrada una mañana de agosto cuando iba rumbo a la escuela Eugenia Belín Sarmiento, en el barrio Hualilán de Rawson, junto a su hermano mayor. Allí Miguel Brizuela, un hombre de 29 años la interceptó a pocos metros de la institución y, después de pegarle al hermano de la nena, se la llevó en la bicicleta con el pretexto de que iba de parte de la madre de ella.
A dos kilómetros del lugar del hecho, en el barrio San Luis, el oficial Leonardo Moyano vio al sujeto con Tatiana en la bicicleta, lo siguió y luego lo encaró. Después de interrogarlo, el policía procedió a actuar en rigor sacándole la nena y reduciéndolo. Actualmente el hombre está preso pero podría quedar en libertad ya que se comprobó que tiene alteraciones mentales y la madurez de un niño con lo cual consideran que no es consciente de lo que hizo aquel día.
El caso que destapó el Bulling en San Juan
Florencia Merino es una adolescente de 14 años que el pasado 1 de agosto fue agredida por una compañera en pleno patio del colegio privado al que asiste. Allí una alumna, que ya había ejercido violencia, le arrojó un transportador de geometría que le impactó de lleno en su iris derecho, provocándole un corte de 12 mm en su ojo, una lesión considerada como irreversible y la más grave de su tipo.
Tras este hecho, la familia de la nena vivió una odisea de lucha con el colegio y para que su caso sea reconocido en la sociedad. Florencia estuvo a punto de perder el ojo, aunque bajó notoriamente el grado de visión. La agresora fue cambiada de institución y quedó asentado en su prontuario como antecedente por agresión.
Los chicos que estaban abandonados "a la buena de Dios"
Antonia (11 meses), Joel (2 años) y Joaquin (4 años), son tres niños fueron rescatados por el ministerio de Desarrollo Humano tras la denuncia de un vecino que los vio deambular con su madre por unos parrales en Caucete. Los pequeños no sólo estaban sucios y golpeados sino que además presentaban heridas en su piel. Al principio se dijo que era producto de una fuerte sarna sin embargo desde Desarrollo Humano aseguraron que no se trató de esta enfermedad sino de heridas comunes que se habían infectado.
Lorena Molina (29) y Carlos Riveros (26) son los padres de los niños y quedaron en libertad el 29 de octubre pasado, después de que no se les encontraba motivos para seguir reteniendolos tras las rejas. Actualmente los niños están al cuidado de una docente jubilada que era vecina de la familia.
La pequeña que vivió un calvario en su propio hogar
Camila Brusotti tiene ocho años y hace poco más de una semana volvió a ver la luz después de regresar a su hogar con su padre biológico. La nena sufrió a fines de octubre una brutal golpiza que le provocó un derrame cerebral que dejó su vida pendiente de un hilo.
En aquella oportunidad su madre Alejandra Ríos aseguró que la nena se había caído de un caballo. Sin embargo por la gravedad de las lesiones, los profesionales del Cimyn dieron aviso a la policía que actuó de inmediato para conocer la verdad. Actualmente hay un detenido en la causa: la pareja de su madre, Pedro Oris con quien Camila vivía desde hace tiempo y que sería quien le dio la brutal golpiza según declaró Ríos.
Por su parte, Camila vive con su padre Javier Brusotti y la esposa de él con quien se siente feliz y cuidada. Su madre biológica cuenta con la prohibición de acercarse a ella.
Violada a los tres años
En noviembre, un nuevo caso conmovió a la sociedad. Esta vez la protagonista era una nena de tres años que fue violada por un hombre al que aún no se comprueba su culpabilidad. La familia de la nena denunció que en la siesta de un domingo un hombre llevó a la pequeña con sus otros dos primitos a un descampado en el Vivero de Rivadavia. Según las versiones de su tío, la nena se encontraba jugando con sus dos primos menores de cinco años de edad y a pocos metros él los vigilaba mientras arreglaba un auto.
En un momento de desatención, un hombre se llevó los niños a aquel lugar verde para "ver los pajaritos", se "desprendió" de los otros niños y cruzó el canal con la nena de tres años. En eso, el tío se dió cuenta que faltaban y cuando llegó al lugar vio lo que estaba pasando con su sobrina. Ante un aviso de alerta, el abusador emprendió la fuga dejando a la nena tirada. Por su parte el tío no lo persiguió en el momento sino que se llevó a la nena a su casa y luego agarró el auto para ir a buscarlo pero no lo encontró.
Matías Ibacache es el único detenido tras ser reconocido por el tío de la nena como el autor de la violación. Sin embargo se estudian las pruebas de su culpabilidad y la cámara gesell que se le haga a la pequeña.
El niño cuyo nombre se convirtió en la bandera de lucha de miles de argentinos
Benjamín Olivares tenía ocho años cuando perdió la vida tras padecer varicela. Esta enfermedad le generó una encefalitis que desencadenó en lo peor. Sus padres, Esteban Olivares y Alejandra Monardez le hicieron frente al dolor e iniciaron una campaña local, que se extendió a nivel nacional, para que se incluya la vacuna contra la varicela en el calendario obligatorio.
De esa movida se sumaron figuras locales y nacionales como la hija de Susana Gimenez o las hermanas Xipolitakis. Gracias a la gran campaña, la vacuna ya forma parte del calendario obligatorio para chicos con vulnerabilidad y existe la promesa que desde el 2014 se incluya para todos los chicos del país.
