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Jugador sanjuanino brutalmente golpeado: "Tengo fe de que algún día pueda volver a jugar"

David Araya fue golpeado brutalmente en un encuentro entre los equipos de Defensores Argentinos y El Globo, en junio de 2018. Desde entonces no pudo volver a jugar.
jueves, 29 de agosto de 2019 07:23
jueves, 29 de agosto de 2019 07:23

En junio de 2018, un joven jugador sanjuanino fue brutalmente golpeado en un encuentro entre los clubes Defensores Argentinos y El Globo, de la Primera B Local. Producto de la agresión que recibió por parte de dos jugadores de Defensores, su rostro quedó totalmente afectado. 

A tal punto fue la agresión que David Araya quedó inconsciente y el cuerpo médico, tras varios estudios, estableció que por 40 días no podía jugar "por incapacidad". Sin embargo, esos 40 días se extendieron hasta la actualidad. 

"Actualmente estoy con fisura de pómulo y todavía me duele, además de los dientes de esa zona. En aquel momento me quebraron la nariz en tres partes y por eso ya me operaron. Ahora me pasa que me refrío mucho más o la nariz se me tapa seguido, son secuelas de las fracturas", contó el joven Araya a Diario La Provincia SJ. 

David, quien aquel día vestía la camiseta 2 del Globo, fue golpeado duramente por los dos jugadores de Defensores Argentinos que portaban las camisetas 2 y 6. "Anímicamente estoy muy bajoneado, desde que pasó aquello no volví a jugar, me da miedo algún roce o codazo que podría recibir. Me afectó mucho porque mi vida es el fútbol, todos los días cuando salía del trabajo lo único que hacía era entrenar y ahora ya no tengo eso", agregó el chico. 

El 16 de junio de 2018, el encuentro se desarrollaba ya con algunas tarjetas y advertencias por parte del árbitro debido a diversas situaciones y actitudes violentas de los jugadores. Por ello, los dos de Defensores Argentinos fueron expulsados pero decidieron no irse de la cancha. 

"Yo estaba detrás delante de mi compañero que es arquero, parado mirando la situación cuando de pronto uno de ellos me pegó un golpe de piña y caí. Lo único que recuerdo fue que me coloqué en posición fetal en el piso pero nada más. Mis compañeros me dijeron que el otro jugador me pegó patadas en la cara, que yo quise levantarme y les dije que quería irme a mi casa y me volví a desmayar", recordó. 

"Se me corren las lágrimas porque todos los días llego a casa sin haber pasado por el club, sin haber entrenado, y no es lo mismo. No pierdo las esperanzas de que algún día pueda volver a jugar, tal vez usando una máscara que me proteja, pero aseguro que necesito volver a hacerlo. Al principio dije que no quería jugar más, pero con el tiempo me di cuenta que es mi pasión y estoy sufriendo por no poder agarrar la pelota". 

Con respecto a los jugadores que le propiciaron la golpiza, Araya dijo que los conoce ya que no era la primera vez que se encontraban. "Si tienen que pagar por lo que hicieron que lo hagan, de la forma que sea. Nunca se midieron y no pensaron en cómo podían dañar a alguien", finalizó. 

El caso

El hecho ocurrió el 16 de junio de 2018 cuando Defensores Argentinos y El Globo se midieron por la fecha 10 de la Primera B y todo terminó en una extrema violencia entre los mismos futbolistas.

David Araya de sólo 25 años debió ser protegido y atendido por sus compañeros cuando los dos jugadores del club rival lo golpearon brutalmente tras ser expulsados del campo de juego, cuando el encuentro iba 4 a 4. A David le pegaron piñas y patadas en la cara provocándole fractura de tabique en tres partes, fracturas de pómulos derecho e izquierdo, golpes de gravedad en sus dientes.

Los profesionales del tribunal médico, debido a la gravedad del asunto, le indicaron 40 días sin jugar por incapacidad. Ante esto, la abogada Filomena Noriega pidió la  intervención del Tribunal de Pena y de manera urgente de la Federación del Fútbol de San Juan para que tome medidas contra el otro equipo y contra los jugadores que habrían propiciado la agresión.

Al final cada jugador se fue a su casa sin ser detenido porque no hubo denuncia policial en ese momento ya que Araya estaba internado. Luego, y tras recibir el alta, sí la radicó y la letrada trabajó por la detención de ambos. 

 

 

 

 

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