Realidad parcial +verdad parcial = Mentira

¿Será que nos cuesta vivir en la verdad, es decir, ser humildes? ¿Será que nos sentimos más acomodados desde la media verdad que nos conviene? ¿Será que creemos en la mentira blanca, sin aceptar que toda mentira es mentira y causa daño?¿Será que aún no entendemos el concepto de pluralismo que implica la unidad en lo esencial, libertad en lo relativo y respeto entre todos?
domingo, 18 de mayo de 2014 09:46
domingo, 18 de mayo de 2014 09:46

Por Ivan Grgic

Una sensación rara, de alivio, riego de la confianza y buenas expectativas, surgió en muchos de los que presenciamos el debate de Fernanda Vallejos y Tomás Bulat en 6 7 8, por la TV Pública, hace unos días. Bulat y Vallejos son economistas con posiciones contrarias y fueron invitados a un programa de claro corte oficialista conducido por Jorge Dorio. Lopeculiar de la sensación surgió al ver (¡por fin!) un debate en televisión y, además, de altísima calidad, condimentado por las disculpas de Bulat cuando descalificó a su colega, una sabiduría desconocida de Dorio paramediar dejando  claras las posturas o la escucha atenta deVallejos.

Y es curioso tener ese sentimiento porque lo comúnes lo contrario: la imposibilidad de pluralismo en las producciones audiovisuales de cualquier canal, tan editadas y tanarbitrarias. No se objeta la subjetividad, sino la parcialidad que las convierte en informes mentirosos, no solo cuando dicen lo contrario a la verdad, sino cuando relatan un hecho intencionadamente segado en lo sucedido y en el análisis. Hace poco muchos se vieron ofendidos una vez más por Jorge Lanata cuando dio espacio al caso de una adolescente sanjuanina, agredida en su escuela, sin haber dado la posibilidad de otro enfoque o de contar otros aspectos del suceso. Algo similar ocurrió en Showmatch con brillantes imitaciones de políticos nacionales planteadas desde la crítica opositora. O en Fútbol para todos, donde la propaganda del gobierno llega tantas veces al hartazgo.

Los 40 años del asesinato del Padre Carlos Mujica ha sido otra oportunidad de detectar la mentira. Su reconocimiento ysu  herencia son solo de sus hermanos de la Villa y de los sacerdotes que continuaron su camino. La razón es evidente: casi todos los obispos y sacerdotes, la mayoría de los políticos y la gente en general hemos ignorado su entrega esencialmente religiosa y evangélica. También hemos observado una lucha clara en este esfuerzo de apropiación, contando las partes de su vida que inclinanla balanza hacia el lado del narrador como diciendo: "¡Mugica es nuestro y lo mataron los otros; somos los herederos de todo su nombre!” Verbistki, Clarin, Reato, el Gobierno o la jerarquía eclesiástica con sus 40 años de silencio,noshacen recordar el texto de Jesús: "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas!, porque levantan monumentos a los profetas que los padres de ustedes mataron, y adornan las tumbas de los justos que destruyerony al hacerlo dicen: "¡Nosotros no los habríamos matado!” ¿No se dan cuenta de que se están tildando de hijos de asesinos?” (Mateo, cap. 23).

Un ejemplo más. Nadie duda lo abominable que son los abusos que miembros de la jerarquía de la Iglesia Católica hicieron con tantos niños. Solo un caso sería monstruoso y se han denunciado casi 4000 en el mundo, teniendo penas eclesiásticas en casi 1000 casosprobados. Lo que llama la atención de la OMS y la ONU es que nunca informaron hasta hace unas semanas atrásque las denuncias de pedofilia en el mundo se elevan a 40 millones!!Más allá de la evidente intencionalidad de resaltar las manchas de los religiosos, su parcialidad puede haber costado ocultar el 99,99% de niños abusados.

La propaganda con mentiras del S. XX no empezó con Goebbels en la Alemania Nazi de la 2° Guerra Mundial, sino en los Estados Unidos de la 1° Guerra y se ha extendido hasta nuestros días no solo en intereses de los gobiernos, sino en organizaciones no gubernamentales, empresas privadas y grupos religiosos. ¿Será que nos cuesta vivir en la verdad, es decir, ser humildes? ¿Será que nos sentimos más acomodados desde la media verdad que nos conviene? ¿Será que creemos en la mentira blanca, sin aceptar que toda mentira es mentira y causa daño?¿Será que aún no entendemos el concepto de pluralismo que implica la unidad en lo esencial, libertad en lo relativo y respeto entre todos?

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