Expectativas

Hay variables económicas cuyo comportamiento no puede explicarse estrictamente desde la economía. Después de todo, la economía no es una ciencia exacta sino una ciencia social. El comportamiento de la gente, aunque el gobierno pretenda asociarlo tan sólo a los empresarios, es cubrirse de la inflación.
domingo, 16 de febrero de 2014 08:43
domingo, 16 de febrero de 2014 08:43

 Por Raúl Moreno. Contador Público. MBA

"¡El Lobo!, ¡El Lobo!” gritaba desesperado el joven pastor viendo que, esta vez que los necesitaba de verdad, sus vecinos no recurrían a ayudarlo. Y es que, después de tantas falsas alarmas ya descreían de sus gritos.

 

Nadie puede asegurar que Esopo realmente existió, ni cuando nació ni dónde, lo cierto es que las fábulas que a él se le atribuyen, como aquella del pastorcito mentiroso, siguen plenamente vigentes después de tantos años.

 

Hay variables económicas cuyo comportamiento no puede explicarse estrictamente desde la economía. Después de todo, la economía no es una ciencia exacta sino una ciencia social.

El comportamiento de la gente, aunque el gobierno pretenda asociarlo tan sólo a los empresarios, es cubrirse de la inflación. Es la percepción que tiene la gente de que sus billetes pierden valor aunque desde el INDEC le digan lo contrario.

 

Pero la confianza no se logra con un decreto o con una resolución de la AFIP, la confianza en un modelo o en un gobierno o en el resultado de un conjunto de medidas económicas, se construye cada día con responsabilidad y previsibilidad, dos virtudes que podríamos encontrar en otro gobierno pero no en éste.

 Por ello, los argentinos tienen predilección por el dólar, porque es un activo que siempre ha protegido el valor de sus bienes más preciados como puede ser el hogar familiar.

El Centro de Investigaciones de la Universidad Torcuato Di Tella formula mensualmente el índice de expectativas de inflación, este índice ha aumentado en Enero, porque eso es lo que la gente espera, que luego de una devaluación se acelere la inflación.

 

El nuevo índice de precios al consumidor (nacional y urbano para diferenciarlo al que nos decía que no había inflación) establece que los precios del primer mes del año fueron un 3,7% mayores que los precios de Diciembre. Con una devaluación del peso del 20% en dos días, cuesta creer que esa devaluación haya tenido tan poca repercusión en los precios.

 

El otro índice, el que elabora el Congreso, que es un "mamarracho” para Jorge Capitanich, asume que la inflación ha sido mayor todavía.

 Por qué debería la gente creer que esta vez le están diciendo la verdad, si por casi 7 años al gobierno le importó más romper el termómetro que tratar la fiebre.
Según el dicho popular "el que se quema con leche vé una vaca y llora”.

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