Investigación

Los hombres son más propensos a hacer trampa si tienen estudios universitarios o trabajan en un bar

Así lo indicó una nueva investigación realizada por investigadores en Suecia. El estudio se basó en una encuesta realizada a cientos de miles de parejas danesas
martes, 25 de septiembre de 2018 22:14
martes, 25 de septiembre de 2018 22:14

Los hombres son más propensos a hacer trampa si tienen estudios universitarios o trabajan en un bar. Así lo indicó una nueva investigación, esta vez realizada por investigadores en Suecia. El informe también aclara que si las mujeres fueron a la universidad, es menos probable que engañen a sus parejas. 

El estudio se basó en una encuesta realizada a cientos de miles de parejas danesas (cuyas edades eran de  20 y 44 años) durante más de 20 años entre los años 1981 y 2002. De este trabajo, los investigadores dedujeron que trabajar en restaurantes o bares inspira más al engaño porque los empleados pasan más tiempo con sus colegas del sexo opuesto. 

Sin embargo, en lo que respecta a la educación, se quedaron perplejos: no pudieron encontrar ninguna razón por la que afectara a hombres y mujeres de manera diferente.  

Según reprodujo el portal Daily Mail, para aquellos que buscan una apuesta segura, prueben a la gente que sea de zonas retiradas de la ciudad, bibliotecarios y químicos, que fueron considerados los menos propensos a "perderse". 

El equipo, de la Universidad de Estocolmo en Suecia, dice que este análisis es el primero de este tipo en demostrar que ambos sexos son más propensos a hacer trampa si trabajan en oficinas con más personas del sexo opuesto, pero es "especialmente cierto" para los hombres. 

Detalle a tener en cuenta

La investigación determinó que todas las parejas encuestadas se habían casado con un compañero del sexo opuesto y trabajaron con ellos activamente durante al menos un año. Durante el período de 21 años, los investigadores identificaron que más de 215,000 parejas se habían divorciado.

Los resultados mostraron que los hombres eran  casi dos veces más propensos a un matrimonio roto que las mujeres debido a un desequilibrio de género en sus trabajos. 

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