Cleo Ellis-Girling tenía apenas cinco meses de edad cuando su madre la encontró enredada en sus sábanas. En ese momento ella intentó despertarla por todos los medios pero no abría los ojos, y el cuerpo estaba sin movilidad.
El niño fue trasladado de urgencia al hospital en ambulancia desde su casa en Troon, cerca de Cambrone, Cornualles, pero murió el 16 de abril de pasado y su historia conmueve ahora al mundo.
La desgracia se dio cuando su mamá, Sadie Hammill-Girling, había estado en la planta baja de la casa haciendo las cosas del hogar y de golpe comenzó a escuchar a su perro ladrar arriba sin parar.
"Dejé a Cleo por 30 minutos cuando escuché el ladrido de Jack. Cuando subí, ví que ella ya estaba de espalda con una manta enredada en su cuerpo. Se había quedado flácida y no se despertaba", recordó entre lágrimas en diario The Sun.
Los paramédicos de emergencia lograron restablecer el latido del corazón, pero nunca recuperó la conciencia. Cleo fue trasladado al Royal Cornwall Hospital, donde los médicos se pusieron en contacto con el Equipo de cuidados intensivos pediátricos en Bristol pero pese a todos los intentos, su estado de salud no mejoró.
Estaba en los brazos de su madre cuando la familia tomó la decisión de no continuar con la agonía y sacarle el respirador, con el que se mantenía conectada. El consejo de los médicos fue que la supervivencia era poco probable sin daño cerebral grave.
El profesor Peter Fleming, pediatra, habló directamente con la señorita Hammill-Girling en la investigación y le dijo: "Cleo no murió por algo que usted hizo o no hizo. Ella murió a pesar de que estabas haciendo las cosas bien y estoy tan segura como puedo de que ella no sufrió", agregó.
Hablando después de la investigación, la madre de Cleo dijo que le informaron que su bebé podría haber muerto por un síndrome de muerte súbita infantil. "Es una pérdida tan horrible y no le deseo nada a nadie", finalizó llorando.