Encuentro Nacional del Tomate

Pequeños productores apostaron al cambio con el desafío de crecer

Distintos grupos de productores jachalleros e iglesianos apostaron al cambio en su producción y consiguieron crecer de la mano de las nuevas tecnologías. Impulsados por Barrick, se enfrentaron al desafío de la innovación y hoy cuentan su experiencia.
viernes, 27 de junio de 2014 00:28
viernes, 27 de junio de 2014 00:28
Toda la vida se dedicaron a la producción de cebolla. En algún momento, ésta les dio éxito y pensaron que la rentabilidad iba a ser para siempre. Sin embargo no fue así y se animaron al cambio para poder crecer y no quedarse. 

Distintos grupos de productores jachalleros e iglesianos fueron convocados por la empresa Barrick, a través de la Asociación de Productores Agrícolas Ganaderos, para empezar a hacer una reconversión de los cultivos que hacían tradicionalmente. A partir de la baja rentabilidad que tenían, y que muchos estaban empobrecidos, se los convocó para pasar de la producción de cebolla al tomate.
 
Con el apoyo de un grupo de profesionales y técnicos se los orientó a encarar este desafío sumándole la aplicación de tecnología en insumos y procesos, algo que provocó en muchos la reticencia pero que consiguió en aquellos que apostaron un gran éxito. 
 
Los programas de Tomate para Industria y el Hortícola se viene encarando desde hace cuatro a cinco años con paso lento pero firme. Para ambos fueron convocados los ingenieros agrónomos Omar Zamorano y Alejandro Acosta que aceptaron capacitar y ayudar a la comunidad de Jáchal e Iglesia a formar parte de esta apertura productiva.
 
"Hace unos años Barrick decidió verificar su producción en los valles donde trabaja que son Jáchal e Iglesia. En Jáchal vio que la cebolla sufría los problemas de temporada con baja producción y lluvia. Entonces se decidió incorporar otra alternativa que fue el poroto y la lechuga que son los cultivos tradicionales y también el tomate para disecar”, comentó Acosta los inicios de estos programas que desde un principio incorporaron la nueva tecnología como base.  
 
 "Lo bueno es que los productores han asimilado una tecnología que antes ni se imaginaban y vemos que los resultados son netamente atractivos porque ellos tienen un precio que van a pagar por kilo de tomate. La única preocupación es sacar partida, antes tenían que ver a quién le iban a vender, cómo iba a ser la temporada. En cambio ahora se dedican exclusivamente a la producción, no desvían su mente a otra cosa”, agregó Acosta quien se aboca al programa de Tomate para Industria.
 
Sin embargo no todo fue fácil y de gran aceptación. En la mayoría de los casos los que participaron en las primeras reuniones sumaban más de 20 pero con el paso del tiempo, fueron abandonando y quedaron grupos muy chicos de cinco a siete productores. Los trabajadores viejos fueron los más reacios al cambio y los que terminaron abandonando mientras que los más jóvenes, muchas veces hijos o nietos de los primeros, fueron los que apostaron al cambio.
 
"La idiosincrasia de los pueblos es difícil de sortear. Siempre decimos que cuando arrancamos con estos programas eran pocas las hectáreas para trabajar y en algunos casos eran solo metros. Cuando el productor tomó confianza vio que con la tecnología se dieron los resultados y se fueron sumando más”, contó por su parte Omar Zamora desde el área del Programa Hortícola.
 
"Sí se puede crecer”
"El hombre es un animal de costumbre, sólo hay que sacarlo de su rutina”. Dijo uno de los pequeños productores en una mesa redonda y no se confundió. Ramón Villafañe, Hugo Lara, Carlos García y Raúl Perramón son jachalleros, apostaron al cambio, con todos los desafíos que implicaba, y ganaron.
 
Ramón Villafañe se inició en la producción del tomate disecado hace apenas dos años. Antes era "cebollero neto” y cuando vio que ésta no era rentable decidió mirar para otras producciones. De la mano de Barrick consiguió se dio cuenta que el tomate era el sector adecuado para explotar.
 
"El cambio vino por una cuestión económica. Vi que íbamos empobreciéndonos con la cebolla y no había otras alternativas. Vimos lo del tomate y probamos. Ahora vamos saliendo del pozo”, expresó Villafañe quien trabaja con su hijo para producir tomate disecado para mercado interno y la industria. 
 
Una historia parecida es la que vivió Carlos García. El hombre se dedicó inicialmente a la producción de tomate para industria y para consumo en fresco. Luego pasó a la cebolla y después de más de diez años volvió a sus orígenes. "He cambiado muchísimo. Siempre fui productor de tomate. Antes sacaba 30 mil kilos como máximo y ahora 70 mil. Se redobla por la tecnología que tenemos. Riego por goteo y maya antigranizo. Gracias a Barrick, que nos ayuda con esto, podemos sacar una producción buena. Ahora plantamos a mano pero el municipio nos han prometido plantar mecánicamente porque no hay gente que quiera trabajar la tierra. Hay escases, nadie quiere ir a la chacra y tenemos que buscar la forma de producir más”, expresó García quien lleva tres años de la mano del tomate disecado.
 
Por su parte, Raúl Perramón no se dedica solamente a la producción del tomate sino que apuesta a la variedad. Él tiene un puesto de verdura en la feria donde vende también lechuga y acelga. Ahora está preparando la tierra para la siempre de primavera verano.
 
"Trabajo en esto hace cinco años y para la siembra lo hago con la familia. Tenemos seis hectáreas pero no toda la extensión está explotada. Jáchal está creciendo y vamos a tener que ampliar la producción. En los últimos quince años ha crecido mucho y con el Túnel de Agua Negra la producción va a ser mayor. La posibilidad de crecer está”, finalizó.

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