Los productores de ajo se mostraron preocupados por la abrupta disminución de la superficie cultivada en los últimos tres años y pidieron que el Gobierno provincial los ayude a mantener el cultivo, amortizando los altos costos de producción.
"Los costos internos subieron mucho y a los productores independientes les cuesta mucho afrontarlos. Aunque el precio del dólar fuera competitivo para exportar, no se puede competir. A esto se suma que contamos con un 19% menos de trabajadores, ya que no quieren desempeñarse en las cosechas para no perder los beneficios sociales que reciben", afirmó Héctor Yanzón, de la Cámara de Productores de Ajo.
De acuerdo a las estadísticas de esa entidad, se pasó de 16.000 a 6.000 hectáreas cultivadas en la temporada pasada; esto es casi un 38%. "Ese número puede bajar aún más si no recibimos asistencia del Gobierno provincial", señaló.