El deporte lo llevó a recorrer distintas provincias a lo largo de su carrera deportiva, en 1999 arribó a San Juan para resguardar el arco de Unión de Villa Krause, Rawson. Posteriormente, recorrió distintos clubes, pero el equipo rawsino dejaría una huella imborrable en la vida de Carlos Biasotti.
Unión es el actual campeón del Torneo de Invierno de la Liga Sanjuanina, hicieron un arduo trabajo y eso tuvo su recompensa. El hombre de 47 años agradeció el apoyo de su familia y de los hinchas del club.
“Haber logrado dos campeonatos a esta edad y en tan poco tiempo, tanto la Liga de Campeones y el Torneo de Liga Sanjuanina fue algo muy importante. Volver y conseguir esto con Unión fue una alegría muy grande”, destacó Carlos, arquero de Unión, a Diario La Provincia SJ.
Además, el querido arquero, con una memoria impecable, recordó su paso por cada uno de los clubes que pasó y que lo ayudaron a crecer desde lo profesional.
“Logré 16 títulos en toda mi carrera, fueron 2 con Monte Comán; 1 con San Rafael y el ascenso; 3 con Unión más el ascenso; 2 en Huracán Las Heras; 3 con 9 de Julio; 2 con Peñarol más el ascenso; 2 con Unión y este último título que conseguimos”, remarcó orgulloso Biasotti.
Con 47 años, Carlos sigue sumando desafíos y es uno de los deportistas más querido en la provincia. Respetado por su trayectoria, y admirado por los chicos que llegan a la cancha con el sueño de algún día ser como él.
“Todas las finales se viven con mucha ansiedad, pero lo vivo con mucha alegría, más a esta altura que se dé, es algo que se valora mucho más. Estoy muy feliz y ojalá pueda seguir ayudando para que el club de Unión siga creciendo”, comentó.
Sobre el cariño de la gente, el deportista destacó que es enorme. “eso es algo impagable, me sorprende día a día, voy a estar eternamente agradecido al hincha de Unión por todo el cariño que me brinda permanentemente”, sostuvo.
Carlos afirmó su deseo de seguir unido al deporte. “En este último tiempo vengo analizando la idea de darle un cierre a la carrera, pero me siento físicamente bien. Tenemos el próximo torneo de liga y el Regional, el técnico del equipo, Gastón Solera me pidió que lo acompañe hasta fin de año y que luego decida”, indicó.
“Tengo en mente seguir estando físicamente a la altura y poder responderle al club y trataré de dejar todo para ayudarle al club”, sumó.
“La base de todo lo que está ganando Unión es por la unidad del equipo, tenemos un grupo bárbaro, en esto tiene que ver mucho Gastón Soler. Somos alrededor de 30 jugadores, cada vez que nos tocó jugar un partido, siempre nos alentamos”, sumó.
Carlos destacó que el día que deje de jugar al fútbol su meta es seguir ligado a algún club. “Todavía no sé de qué forma, más adelante veremos en qué rol, pero aún no lo tengo decidido”, cerró.
Su pasión por el fútbol nació desde pequeño, cada vez que su padre llegaba de trabajar lo esperaba para compartir un “picadito”. Con solo 4 años ya comenzaba a sentir su amor por el deporte. Recreaban la cancha en el pasillo del departamento donde vivían en Buenos Aires.
Los clubes de barrio fueron los lugares que lo vieron crecer, y que atesora en su vida como sus recuerdos más preciados. El arquero remarcó que su padre fue su gran mentor y gracias a él logró lo que es hoy en la cancha, y como persona. Tristemente, ya no se encuentra con él físicamente, pero en cada partido es quien lo acompaña desde lo más alto.
Una trayectoria extensa y la importancia de San Juan en la vida de Carlos
Carlos Biasotti arrancó en un equipo que se llamaba Alma Fuerte, en Ciudad Evita, Buenos Aires. Posteriormente, estuvo 7 meses en Boca, pero no podía jugar porque debía esperar para por su corta edad.
“Un compañero que tenía en el club Alma Fuerte, Raúl Galván, estaba jugando en Nueva Chicago y un día me invitó a ver un partido en el que se enfrentaba Chicago- Vélez”, afirmó Biasotti.
Luego, agregó que “estaba esperando que salgan a la cancha a jugar y mi compañero vino corriendo, y me preguntó si quería atajar porque había faltado el arquero del equipo, no lo dudé”.
Cuando terminó el partido, el técnico de Chicago me invitó a sumarme al equipo. “Empecé a entrenar ahí, cuando tuve que firmar al año siguiente me quedé en el equipo, fue ahí donde comencé la etapa en el fútbol”, recordó.
Después, jugó en Huracán y tiempo más tarde volvió a Chicago. Luego, estuvo en Deportivo Laferrere. En este último equipo le tocó debutar en la Primera B Nacional, el 28 de enero de 1995 contra Godoy Cruz de Mendoza. “Tenía 20 años para mí fue un partido inolvidable, lo voy a recordar siempre”, describió.
Luego, estuvo en San Martin de Monte Comán en San Rafael. “Tuvimos la suerte de ascender al Argentino A, lo que hoy es el Federal A”, contó.
“Después salió la posibilidad de venir a Unión, ahí comenzó mi paso por San Juan. Luego, me fui a Huracán Las Heras, tiempo después regresé a San Juan, estuve en Alianza y en 2009 volví a Unión. En 2011 fue a jugar a 9 de Julio, pasé a Peñarol y ahora tuve una deseada vuelta a Unión que fue muy especial”, detalló.
Actuadamente, vive en Pocito, San Juan, junto a su esposa y sus 3 hijas que nacieron en la provincia. “Agradezco enormemente el recibimiento que me dieron en la provincia”, cerró.
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