Hace unos meses, Lionel Messi abandonó la disciplina del FC Barcelona. El club catalán decía adiós a la mayor figura de su historia. Un jugador seguramente irrepetible que ha batido todos los récords de un club que ya era mayor antes de su eclosión. Su marcha dejó muchísimas incógnitas; seguramente nunca sabremos si ambas partes hicieron lo suficiente para evitar la fractura. Pero la negociación relativa a su renovación acabó con la marcha del crack de Rosario.
Tras la rueda de prensa de despedida, el entorno de Messi y el propio jugador empezaron a sondear posibles opciones donde desembarcar. El atacante, visiblemente emocionado, tuvo que solucionar su nueva situación contractual en tiempo récord. Los Messi llegaron a un acuerdo con el Paris Saint-Germain para continuar su exitosa carrera deportiva.?Tras la incorporación de Leo Messi, el Paris Saint-Germain es uno de los máximos aspirantes a alzarse con la Champions League. Una competición que el astro argentino no suma desde el año 2015. Los análisis y predicciones de las diversas casas de apuestas así lo apuntan, y quedar fuera en una fase prematura dejaría tocado el nuevo proyecto de Pochettino.
En el equipo francés se ha reencontrado con algunas de las figuras más destacadas del panorama mundial. Nombres propios como Mbappé, Neymar o Verratti, suman ahora la calidad de Messi a un plantel de época. Pero como bien saben los entrenadores de fútbol, por muchas estrellas que sumes a tu equipo, es necesario jugar como tal. Asimilar los mecanismos tácticos no siempre es fácil, y más en un contexto completamente nuevo. Este es el caso de delantero rosarino, quien tiene muy clara su manera de entender el fútbol. Lionel se ha formado en las categorías inferiores del FC Barcelona, donde todos los instrumentos siguen la partitura de la filosofía Cruyff. En París se opta por un juego más físico, mucho menos coral y en el que las individualidades decantan la balanza.
Messi encontraba en el Barça un contexto idóneo donde desplegar sus facultades técnicas y tácticas, y cuando viajaba a la selección argentina no acababa de encontrarse cómodo por completo. De hecho, ha sumado varios fracasos con el combinado albiceleste, solo su fuerza de voluntad y la ayuda de sus compañeros lograron sacar esa espina de su currículum. El crack ganó la Copa América, un triunfo que fue enormemente celebrado por toda?la hinchada del país.
Tras ese triunfo, y gracias a la convivencia y lazos afectivos que ha generado con sus compañeros, la situación ha cambiado. Actualmente el futbolista suele compartir muchísimas fotografías con sus compatriotas, mientras que en París muestra una cara mucho más apática. La carrera de "la Pulga" ha dado un giro de 180 grados, y parece que no acaba de aclimatarse por completo en la capital francesa.
Messi tiene la ilusión de desempeñar un buen papel en el próximo Mundial de Qatar. Será su última gran cita internacional en plenitud de facultades futbolísticas. Argentina espera también un buen rendimiento de su máxima figura. En París también aguardan a su mejor versión. ¿La veremos en Francia?
