En las madrugadas de los fines de semana, un fenómeno cada vez más común sacude la tranquilidad de diversos puntos de San Juan: las rodadas de motos. Más de 100 jóvenes, la mayoría con motocicletas de bajas cilindradas, se agrupan para hacer rugir los motores, desafiarse en picadas y realizar maniobras arriesgadas como el tradicional "Willy", donde la moto se mantiene en equilibrio sobre una sola rueda. Uno de los epicentros de estas reuniones fue este mes en la zona de la Quebrada de Zonda y el Jardín de los Poetas, sitios que se convierten en el punto de encuentro preferido para los amantes de las motos durante la noche y madrugada.
El Comisario Antonio Salinas explicó a Diario La Provincia SJ que, hasta el momento, no se han registrado accidentes derivados de estas prácticas. Sin embargo, el trabajo de prevención es constante. "Trabajamos con el tema de las personas que hacen competencia o miden la potencia de sus motos o autos en una calle. Obviamente que no están autorizados, porque el único lugar autorizado sería el cartódromo en Albardón y algunos de los autódromos que tenemos", destacó Salinas.
A pesar de la presencia policial, las reuniones de motociclistas siguen desplazándose de un lugar a otro. "Cada vez que se ve la movilidad (de la policía), se van a otros lugares. Por ejemplo, a la Quebrada de Zonda, entre el Jardín de los Poetas y los jardines nuevos del Parque de Rivadavia. Luego se desplazan hacia Punta Negra, el Embarcadero, o hasta la Difunta Correa", comentó el comisario. En respuesta, la policía adopta un enfoque preventivo. "Realizamos servicios de prevención vial, pero no persecuciones. Cuando encontramos a los motociclistas acelerando, detenemos la marcha, pedimos los documentos y hacemos que desistan de la actitud", señaló.
Además, los motociclistas suelen modificar sus motos para realizar maniobras peligrosas, como el "Willy", quitando partes como el guardabarros trasero para permitir el giro sobre una sola rueda. En ciertos puntos, como en el Pinar, los lugares de escape son limitados, lo que facilita los controles. Sin embargo, en vías más abiertas, como la ruta 60 o la ruta 12, la policía también trabaja con la misma filosofía preventiva para evitar persecuciones peligrosas que puedan derivar en accidentes.
"Nosotros tenemos al subcomisario Cristian Molina, jefe de la Oficina de Seguridad Vial, que está al tanto y siempre pendiente de las posibles juntadas, proporcionando inteligencia para que podamos actuar rápidamente", afirmó Salinas. Aunque la frecuencia de estos eventos ha disminuido, no se registran siniestros viales graves relacionados con las picadas. "Si bien el ruido puede ser un inconveniente para los vecinos, la verdad es que no hemos tenido consecuencias graves. Esto suele ocurrir a altas horas de la madrugada, cuando las calles están vacías", agregó el comisario.
A pesar de la disminución de siniestros graves, la policía sigue trabajando para evitar el mal uso de las vías públicas y el riesgo que suponen estas competencias ilegales. "El ingenio popular no descansa, por lo que a veces los motociclistas se desplazan a nuevos lugares, como Los Berros, por ejemplo. Pero seguimos atentos para que estos encuentros no causen inconvenientes mayores", concluyó Salinas.