La música y la solidaridad unieron a Liliana Donoso (54) y a Mauricio Bustos (55). Se conocieron en un baile allá por el '87 y, con el propósito de ayudar, tocaron los corazones de muchos sanjuaninos con sus eventos por el Día del Niño, Día de la Madre o fiestas de centros de jubilados, todos libres y gratuitos. A pocos meses de la partida de Lili, como la conocían todos, su marido trabaja para concretar la idea que juntos preparaban un día después de su partida.
Madre de dos hijos adoptivos y siempre amante de los más pequeños, fue una parte esencial de la Asociación Civil Odisea, que trabajó con muchas instituciones de forma solidaria. Lili fue operada tras un fuerte dolor en una hernia, por lo que terminó internada. “Estábamos bien, lamentablemente se le complicó con una infección. Ella falleció el 26 de octubre, a una semana de cumplir los 55. El 27 habíamos programado el evento; hizo 400 souvenirs. La internaron, al otro día le dolía, le hicieron estudios y la metieron al quirófano. Al otro día, murió”, dijo Mauricio a Diario La Provincia SJ. Un gran vacío quedó en la familia que construyó, junto a su marido y sus hijos, Mauricio Nahuel (23) y Tobías Emanuel (15), a quienes adoptó y amó.
Ambos preparaban un evento que finalmente no pudo realizarse, ya que un día antes ella falleció, para celebrar los 25 años de la organización y el Día del Buen Vecino. Mauricio decidió hacer el próximo en homenaje a ella el proximo domingo 30 de marzo desde las 12 en el Camping Mutual del Poder Judicial, con almuerzo a la canasta, sorteos, regalos y shows en vivo.
La historia de amor comenzó cuando Mauricio despuntaba en algunos boliches como DJ. “La conocí en el '87 y nos casamos en el '90. Ella iba siempre con los hermanos y con una sobrina; venía el pibe 10 que se escuchaba en esa época”, expresó. En este sentido, agregó: “Yo la había visto, iba disimulando para ver el parlante donde siempre se sentaban ellos. Un día decidí sacarla a bailar y alguien la sacó antes, así que tuve que sacar a la sobrina. Pero tuve revanchas”, sonrió. Así fue como empezó todo.
Con mucho cariño, recordó aquel momento en el que fueron invitados a colaborar en su primer evento. Años después, lo constituyeron como la Asociación Civil Odisea. “Comenzamos los dos; fue una decisión porque no podía tener hijos”, dijo Mauricio y agregó: “Yo tenía la música; un familiar de mi señora Sonia organizó un evento, un desfile de disfraces de niños, y el que mejor se disfrazaba recibía un premio. Se hacía una campaña para buscar útiles, lápices, gomas, chucherías para regalarles”. Ellos colaboraron con la música. “Me gustó la movida, de ahí nació la idea de hacer el Día del Niño y empezamos a organizarlo en 1998”. Mauricio hacía changas hasta que entró en la Policía de San Juan, sin poder alejarse de la música y los festejos los fines de semana.
La vida les sonrió después de tantos tratamientos que no funcionaron para poder ser padres: “Decidimos presentarnos para adoptar, ella dijo que sí y fuimos a averiguar cómo había que hacer todo”. Con días de nacido, llegó a casa Mauricio Nahuel y, 8 años después, Tobías Emanuel. “Hasta el cordón tenían. Fue una revolución; la gente de la cuadra, todo el mundo nos esperaba. Tuvimos regalos de todos lados: pañales como para tres años y mucha leche”, expresó. El segundo igual; “fue una experiencia que no esperábamos. Mi hijo más grande, como que lo predijo, nos dijo que tenía dos sueños: uno, conocer al Pato Abondanciero, y el otro, que iba a venir el hermano”, dijo entre carcajadas. “Ellos siempre nos han acompañado; el más grande nos ayudaba. Hacíamos cuestionarios con preguntas en los eventos. Eran muy pegotes a la madre. Ahora ellos me ayudan a mí; no es fácil, pero hay que pasarlo y todo es tiempo”, manifestó el entrevistado.
Ambas bendiciones completaron Música y solidaridad: Lili y Mauricio, la historia de amor de dos sanjuaninos que supera a la muerteesta familia, que siempre se movió en torno a la gratitud por haberse encontrado. “Nosotros no lucramos, nosotros lo hacemos por una cuestión de promesa, por haber tenido los hijos que Dios nos regaló. Soy afortunado de haber tenido a Lili y a los dos varones, porque si no, hubiera estado solo y hubiera sido peor. Dios me dio una mina que tenía garra”, aseguró.
Lili era el eje central de la familia. “Se levantaba temprano a la mañana, a las 5:30; veía el rosario. A las 6 terminaba y empezaba a levantar a todos para desayunar. Llegábamos a la casa después de trabajar y se venía a hacer la comida; después seguía limpiando y ordenando la casa. Ahora entiendo tanto; era mucho trabajo, todo giraba alrededor de ella”, agregó Mauricio.
“Ahora estoy enfocado en el evento. Tenemos sonido, pantalla, iluminación, homenajes, servicios, decoración. Lo quiero hacer como queríamos hacerlo con mi señora”, informó en relación al evento. “Lo vamos a hacer el 30 de marzo; antes de las fiestas lo decidí. Salió hacer el evento en homenaje a ella, en el marco del cumple de los 25 años de la Asociación”.