Florencia Robles decidió embarcarse en una gran aventura impulsada por su pasión por las arcillas. Viajó por el continente para aprender los secretos más profundos del arte de la cerámica. Oriunda de Rivadavia, estudió en la Universidad Provincial de Córdoba, en la escuela de cerámica de Fernando Arranz. En medio se su estudio, comenzó su viaje por varios países de la región y decidió regresar para establecer su negocio, "Ceramica Kitek" con arcillas de Albardón.
"En la universidad me formé en Artes Visuales, orientada a la cerámica artística, con una formación completa", comentó Florencia a Diario La Provincia. Su viaje por Latinoamérica comenzó en el segundo año de estudios, buscando aprender más sobre la cerámica en el continente y conociendo diversos lugares. "Vendía pequeñas piezas que me proporcionaban el sustento para la comida, boletos y alojamientos", relató.
Durante su expedición, tuvo la oportunidad de aprender de ceramistas que le abrieron las puertas en varios lugares. "Tuve experiencias con ceramistas que marcaron significativamente mi aprendizaje; dos, en particular, fueron fundamentales", dijo Florencia a Diario La Provincia SJ. Se refiere a Haro Galli, a quien conoció en Tilcara, y César Juárez en Perú.
"César es un ceramista reconocido que trabaja el bruñido, que es el brillo que se le da a las piezas con una piedra de río", explicó la entrevistada, añadiendo: "Tuve el agrado de compartir una quema y conocer a su familia". Todo esto ocurrió en un pueblo conocido por su excelencia en el arte de moldear el barro.
Perú fue una de las experiencias más trascendentales para Florencia. "Su cultura tiene mucha cerámica arqueológica; estuve en la costa, en la selva y en la puna".
En dos años de recorrer caminos y conocer talleres, pasó por Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, enriqueciendo su crecimiento personal y profesional. "Siempre estoy buscando y tratando de mantener el oficio cerámico ancestral; busco las raíces de la cerámica en Latinoamérica", reflexionó.
A pesar de haber recorrido tantos kilómetros, su búsqueda continúa en Argentina, especialmente en San Juan. "Hoy en día me radico aquí y utilizo la arcilla de la provincia, aplicando mi conocimiento desde un enfoque autóctono". Por ello, en su producción se pueden apreciar figuras de fauna y flora nativa. "Quiero ser parte de mantener el oficio cerámico tradicional ancestral".
Recientemente, Florencia compartió una experiencia muy significativa: "Me hicieron un pedido desde Perú para encargarme unas piezas, lo cual me honró mucho. Las envié y todo salió bien", destacó. Esta noticia es especialmente relevante, ya que proviene de un país con una larga tradición en la cerámica, donde ella aprendió tanto.