Las prendas cuelgan cuidadosamente en las perchas ubicadas en el stand. Mientras la gente pasa por el lugar, es inevitable posar la mirada en éstas pero sobre todo en ella. Patricia Casivar es de San Martín y tiene su propio stand en la Feria Internacional de las Artesanías, donde hila la lana de oveja en ese mismo lugar.
Dueña de un talento especial, trabaja con un ritmo marcado y con gran concentración para producir la mejor materia prima para sus obras. El tejido lo hace a telar en su casa pero la primera parte del proceso se convierte en imán para los ojos del visitante.
"En la parte tradicional, hilo mi lana, la tiño y la tejo en telar criollo o en telar de peine. También tengo un telar de cuadro que lo hago con lanas industriales, que eso son chales y bufandas, más para otras prendas. Ése es mi trabajo", explicó la artesana a Diario La Provincia SJ.
Mientras explica con una sonrisa en el rostro, tiene a su lado una rueca que la va cargando para poder empezar a hilar. Patricia trabaja en tejido desde hace 20 años. Empezó primero el tejido como con un hobby y ahora es su pasión. En el camino aprendió a hilar y a tejer con distintos métodos. Ahora maneja diferentes telares.
"En mi caso no es heredado por la familia pese a que tengo parientes en Jáchal que han sido tejedoras, pero eso se perdió. Aprendí por talleres que daban y ahora estoy bien tradicional con métodos como antes", explicó mientras va hilando con una máquina chica pero que le agiliza el trabajo.
Si bien tiene hijos, en este proceso trabaja sola. A ellos no les llama la atención aunque, cuando necesita una mano, ellos la ayudan porque saben el procedimiento. El hilado puede llevarle hasta un mes, pero depende de la lana. "Ya en el tejido tardo dos semanas, recargar el telar y tejer. Lo que es más trabajo es hilar, juntar la lana, teñirla, esperar que se seque y de ahí recién poderla tejer", explicó.
Este año, Patricia tiene su stand en la Feria Internacional de las Artesanías en el predio Costanera de Chimbas. Allí ofrece sus productos a un precio que trata de ser razonable, "que no sea tan caro, pero a la vez para que podamos ganar algo". "Está difícil, pero lo vamos a intentar, vamos a intentar a ver qué se puede hacer", destacó subrayando que un chal de lana de oveja con tintes naturales, lo vende a $80.000 mientras que una manta tejida en telar criollo con lana de oveja (de casi un metro de ancho por dos metros cincuenta de largo) está en $180.000.