Día de la Mujer

Ana, la ullunera que tuvo su "segunda oportunidad" y se convirtió en una querida emprendedora

Ana tiene 75 años de edad y nunca bajó los brazos pese a vivir situaciones muy duras en su vida. Hoy da consejos a mujeres que atraviesan la misma situación.
viernes, 8 de marzo de 2024 15:30
viernes, 8 de marzo de 2024 15:30

"Pese a los golpes de la vida, siempre hay una segunda oportunidad". Con esas palabras, Ana Sánchez recordó el largo camino que le tocó transitar desde su juventud hasta ahora. A sus 75 años, es la voz de la fuerza, la voluntad y el amor a sus hijos. Su testimonio cobra más fuerza este 8 de marzo, Día de la Mujer. 

Oriunda de Ullum, Ana tiene cada recuerdo del pasado muy presente. Al narrar su historia, su dolor se conjuga con la capacidad que tuvo de superar la adversidad. “Fue difícil casarme y vivir todo lo que viví porque una piensa a esa edad que 'uno tiene todo resuelto y que nunca más vamos a sufrir por algo', pero de repente, sin previo aviso todo se derrumba. Yo decidí que no me iba a volver a pasar y que iba a hacer lo que hiciera falta para que mis hijos estén bien”, contó Ana a Diario La Provincia SJ

Ana tiene dos hijos, que hoy ya son profesionales de 30 y 33 años. Luego de haber pasado por una relación violenta a sus casi treinta años, ellos y su emprendimiento fueron los pilares de su vida. “Empecé trabajando en los parrales luego de que mi ex marido nos abandonará. Fue en realidad, un alivio. Se había acabado la violencia pero también mis hijos se quedaron sin su padre”, dijo con angustia. 

Su familia tuvo un rol fundamental en su vida. “Me resulta una obviedad tener que explicarle a las mujeres que conozco casualmente que se refugien en sus familiares, en un amigo, en alguien que las quiera. Es de vital importancia estar acompañadas en momentos como estos. Luego, la vida les va a sonreír pero antes deben llorar en el hombro de alguien”, expresó con la voz temblorosa.  

Fueron años y años para que Ana logrará acomodarse definitivamente, por allá en los 90´ cuando aún quedaban demasiadas situaciones por visibilizar en cuanto a la mujer y a sus derechos. Por un momento, se transportó a los parrales de Ullum donde pasó todas las mañanas de sus 29 y 30 años.

“Me levantaba a las 5 de la mañana y unos vecinos me llevaban hasta los parrales, dejaba a los niños con otra vecina, de toda la vida y volvía a las 15. Realmente era mucho trabajo y ellos eran muy pequeños hasta que un día decidí dedicarme a la panificación, parece que a la gente le gustó porque hasta el día de hoy me compran”, manifestó entre risas. 

De repente, un día Ana notó que había hecho un buen trabajo cuando llegó el día en el que su hija se recibió de profesora de Geografía y su hijo, de Policía. Además de que ambos la hicieron abuela de 4 pequeños. 

Es el gran orgullo que tengo. Más allá de lo que pude conseguir y de cómo salí adelante. Mis hijos son la gran muestra de que pese a lo que nos pase, pese a los golpes de la vida, siempre tenemos una segunda oportunidad” , manifestó con los ojos llorosos. 

Hoy en día la ullunera aconseja a toda mujer que se encuentre en una situación de vulnerabilidad: “quizás me hacen acordar a mi cuando era joven. Pero nunca me voy a cansar de repetirles que siempre se puede salir de una situación tan difícil como esta. Lo hice yo en años donde la gente juzgaba todo, ahora creo y espero que estemos todos más abiertos para ayudarlas. Siempre hay que repetirles que la vida te da una segunda oportunidad”. 

Al día de hoy, su vida laboral no cesa y es una querida emprendedora. Ana se levanta todos los días a las 6 de la mañana para hornear los panes y las pizzas, para hacer el picadillo de sus empanadas y para hornear las mismas. Pero eso sí, a las 00 se acuesta a dormir. Sin embargo, la responsabilidad para con sus fieles clientes es inquebrantable. 

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