En septiembre del año 2018, un grupo de investigadores del Instituto y Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de San Juan descubrió un cementerio de dinosaurios de 220 millones de años. Los fósiles, de al menos una decena de animales, fueron encontrados en la zona de la cuenca de Ischigualasto y desde ese momento son protegidos y estudiados por los profesionales. Pero además generan un gran interés en el sector turístico. Es por eso que desde el Parque Ischigualasto ya trabajan en un proyecto para que en un futuro se pueda tener un museo en ese lugar.
"El proyecto que estamos por desarrollar parte de la 'cama de dinosaurios'. La idea es poner en valor este lugar. Es muy llamativo porque son muchos dinosaurios encontrados en un mismo lugar. Estamos trabajando con la Universidad Nacional, con toda la gente, con todos los paleontólogos que tenemos ahí para poner en valor ese circuito en un futuro", comenzó explicando Juan Pablo Teja Godoy, coordinador del Ente Autárquico Parque Ischigualasto, a Diario La Provincia SJ.
La "cama" de dinosaurios, también llamada "colchón sólido" o "cementerio" es un bloque, una acumulación de huesos. En su momento los investigadores indicaron que es una "masa de hueso contra hueso acumulado", prácticamente sin sedimentos. Todos los fósiles corresponden a 220 millones de años, una época de la que no se conoce mucho de la fauna.
"Vamos a ir viendo cómo podemos darle forma, porque realmente es complicado ingresar y no podemos modificar nada. La idea es ver desde el punto de vista científico y dejarlo en condiciones para poder visitarlo", señaló Teja Godoy y agregó: "hay que armar todo, un desarrollo. Esto no es de un día para el otro porque es Patrimonio de la Humanidad. Tenemos el respaldo de UNESCO y cada paso que nosotros demos respecto a un nuevo circuito, tenemos que hacer antes un pedido e informar la viabilidad del camino".
Esta "cama de huesos" es de alrededor de dos metros de diámetro y dos de profundidad. Al tratar de explicar las causas de esta acumulación de huesos, los investigadores estimaron, hace tiempo, que puede haberse debido a una época de gran sequía y que allí había un cuerpo de agua, un pequeño lago en el que se amontonaban los herbívoros para beber. A medida que se evaporaba el agua, se iban debilitando e iban muriendo allí.
El gran deseo de algunos de los miembros del Parque Ischigualasto es generar un museo donde se protejan todos los fósiles. "Lo que sería ideal es armar algo similar al museo del sitio William Sill. Nos gustaría realmente poder cubrirlo, sacarlo de la contaminación, del deterioro que genera el medio ambiente, el viento, los cambios altos de temperatura. Es muy amplia la temperatura que hay, hace mucho calor en el día y mucho frío en la noche", confesó Teja Godoy destacando que "para desarrollarlo se necesita mucho dinero, y hoy justamente es lo que no tenemos. Así que, por lo pronto, es un sueño futuro, pero el descubrimiento es importantísimo".