Un sueño, la unión de una pareja y un emprendimiento que va creciendo a pasos agigantados. Silvana Marinero es de Rodeo, Iglesia, y con su marido construyeron un complejo de cabañas con sus propias manos. La historia, de esfuerzo, dedicación y de "golpear muchas puertas", nació hace unos años y hoy es orgullo de la familia.
"Este emprendimiento nació de un sueño que tuvimos con mi marido de iniciar algo como para el futuro de nuestra hija", comenzó contando Silvana a Diario La Provincia SJ. Ese sueño nació cuando ninguno de los dos tenía un trabajo seguro y buscaron algo para sustentarse. Si bien cuando éste fue tomando forma, ella obtuvo un cargo en la docencia, la pareja decidió no dejar de lado el emprendimiento pensando en el futuro de su hija.
La historia se remonta al 2009, poco tiempo después de adquirir el terreno. No fue cualquier lote el que compraron, sino que tenía una casa vieja hecha de tapiales y una humilde capillita que no podía mantenerse en pie por los riesgos que implicaba. Por recomendación de los arquitectos, tenían que tirar todo abajo.
Silvana hasta ese momento hacía suplencias en escuelas secundarias pero recibió la propuesta de ser celadora en el albergue de Rodeo. "Lo primero que pensamos en buscar algo que la gente viniera a descansar que viniera a disfrutar el pueblo que esté tranquilo. Pensamos que las familias necesitaban un lugar tranquilo y que se pudiera disfrutar del viento. Así empezó el sueño de a poquito, de ir construyendo", explicó.
Su marido es albañil y él, con sus propias manos, fue levantando ladrillo por ladrillo, cabaña por cabaña. Pero siempre con Silvana a su lado, no sólo dando forma al emprendimiento sino siempre soñando en crecer. La primera que hicieron fue con el tamaño para 8 personas. Con lo que fueron obteniendo de ganancias de ésta, fueron ahorrando y comprando materiales para la segunda, con capacidad para 6 personas. Ahora están trabajando en otra de 8.
"Supuestamente hasta acá llegamos. Ahora el proyecto que está que todos los turistas nos piden es pileta por el calor. El proyecto está y hemos ido adquiriendo desde antes de esta inflación", confesó.
Las cabañas se llaman Pilar por la hija de la pareja, un homenaje a ella. "Es la única hija que tenemos. Ella por ahí se enoja porque no le gusta. Nos dice '¿Por qué tienen que poner mi nombre?' Y bueno, se nos ocurrió y quedó", agregó entre risas.
EL APOYO QUE NECESITABAN
En febrero pasado, la pareja recibió un importante apoyo que les permitirá poder seguir creciendo pese a los problemas económicos actuales. Fueron uno de los ganadores del programa Apoyo Financiero a la Actividad Turística de Iglesia de la mano del proyecto que presentaron bajo el nombre El Amanecer.
Con asistencia de Veladero, pudieron adquirir bienes materiales que les permitirán impulsar sus emprendimientos y mejorar la calidad de sus servicios. "Es la primera vez que me presento en este programa y gracias a Dios he obtenido algunas cosas para equipar esta cabaña", destacó.
DEMANDA DE TURISTAS
Silvana contó que las cabañas tienen mucha demanda y ya el hospedaje para Semana Santa está cubierto. "Generalmente todas las semanas están alquiladas. Se descansa cada uno o dos días. Tampoco tengo precios exagerados. Sino muy acorde a un grupo familiar. No me gusta cobrar por personas sino por cabaña", explicó.