Marcela Torres es un claro ejemplo de perseverancia y determinación. A sus 58 años, esta madre de seis hijos y abuela de ocho nietos apostó por sus sueños y hoy representa a Albardón en la competencia por el premio Emprendedora del Sol, de la Fiesta Nacional del Sol.
Se trata de una iniciativa auspiciada por la empresa Veladero, que busca destacar a mujeres mayores de 18 años que presenten proyectos productivos innovadores. El de Marcela, logró conquistar al jurado en su departamento y hoy es inspiración para muchas mujeres que buscan seguir sus sueños.
Todo comenzó en 2014, cuando Marcela decidió dar el salto y crear su propio emprendimiento. "Comencé confeccionando disfraces y luego añadí vestidos de fiesta. Actualmente, me he enfocado en hacer uniformes escolares", contó a Diario La Provincia SJ. Gracias a su dedicación y esfuerzo, logró establecer un taller de costura que cuenta con dos áreas: una para corte y otra para confección. Junto a ella, trabajan tres personas, además de recibir la colaboración de su familia en sus tiempos libres.
Antes de emprender, Marcela trabajaba como empleada doméstica, pero siempre había tenido un sueño en mente. "Desde 2005, cuando mis hijos iban a la primaria, soñaba con hacer disfraces para alquilar. Un día, hablé con un empresario que me animó a seguir adelante con mi idea", recordó. Fue así como, a los 45 años, tomó la decisión de dejar su trabajo y dedicar su tiempo a su pasión.
"Un día, saliendo de trabajar, le dije a mi patrón: 'me voy'. '¿La espero el lunes?', me preguntó y le dije: 'No, no vuelvo el lunes. Me voy a quedar en casa porque voy a empezar a hacer disfraces'", trajo a la memoria con una sonrisa en el rostro pero con emoción en su mirada.
Aquel paso, que sin dudas fue difícil, fue el que marcó un antes y un después en su vida. Poco a poco empezó a construir su empresa. "Jamás pensé llegar a tanto. Creo que lo logré porque siempre trabajé con la intención de generar buena calidad y eso quizás fue lo que me llevó a tener el éxito que tengo hoy en día", aseguró Marcela.
Este compromiso le permitió construir una amplia cartera de clientes, incluyendo alrededor de cinco escuelas en Albardón. La satisfacción de sus clientes es su mayor recompensa: "Ya con el hecho de haber sido elegida como representante del departamento, siento que he ganado. El reconocimiento es el premio mayor".
El apoyo de su familia también fue fundamental en su camino. "Me dicen 'vamos, mami, vos podés'. Han comprendido que esto representa una gran oportunidad de negocio para todos", afirmó.
Sin embargo, Marcela reconoce que siempre hay espacio para aprender y crecer. A pesar de su reticencia hacia la tecnología y las redes sociales, se siente motivada a superar estos desafíos. "Esto me obliga a aprender, y estoy aprovechando al máximo las capacitaciones que nos brindan", aseguró con determinación.
Marcela anticipa un futuro prometedor. "Ya tengo pedidos de uniformes y banderas. Creo que estamos en el camino correcto", concluyó con optimismo.