A las 23:46 hs. del 18 de enero de 2021, los sanjuaninos sentimos la fuerza de la Tierra bajo nuestros pies. Un terremoto con una magnitud de 6.4 en la escala de Richter despertó recuerdos de otros eventos vividos en algunos y para otros, fue el primero que experimentaban. En plena pandemia, en la que los protocolos eran estrictos por coronavirus, la provincia afrontaba un nuevo desafío. A 3 años del terremoto, los investigadores siguen estudiando la zona del epicentro y la estructura que estuvo involucrada, algo que los lleva a "bucear" en lo profundo de la Tierra en un trabajo minucioso y de gran valor para San Juan y la comunidad científica nacional e internacional.
"Luego del terremoto de 2021 se instalaron estaciones sismológicas alrededor y también en zonas cercanas al epicentro que no fue en Carpintería ni en Pocito. Aunque fue la zona de mayor destrucción, el epicentro estaba hacia el Oeste, a unos 50 km", comenzó explicando a Diario La Provincia SJ, el Dr. Gustavo Ortiz, subdirector de Departamento de Geofísica, Astronomía y Física de FCEFyN e investigador de CONICET.
Detalló que las estaciones sismológicas, cuyos equipos pertenecen a la UNSJ y al CONICET, se instalaron en Pedernal, Ullum y se rodeó la zona, en la que había equipos que antes instaló el INPRES, institución con la que trabajan en cooperación. “Se están haciendo trabajos de licenciaturas, tanto de Geología como de Geofísica y en lo que se avanza es en delimitar la estructura que le dio origen. Porque no se encuentra en superficie, no se puede ver a simple vista y necesitamos estos aparatos. Podemos observarlos, gracias a ellos, en profundidad y cómo se extiende. A lo que se apunta es a delinear la geometría”, explicó.
Estas estructuras se caracterizan por ser “mucho más grandes que las que se ven en superficie y se extienden a la profundidad de nuestra corteza terrestre, que es la zona más externa y está fracturada. Allí ocurren estos eventos sísmicos”.
Hasta el terremoto de 2021, los investigadores no conocían esa estructura en sí misma sino otras en la zona y/o región que incluso motivaron trabajos geológicos. “Al no tener mucho conocimiento, estamos ante un avance de la ciencia. Podemos reconocer que esas estructuras están ahí”, resaltó.
Los investigadores cuentan con el antecedente de haber mapeado otras en otras provincias y en San Juan en la zona del epicentro del terremoto de octubre de 1894 en Iglesia. “Las estructuras están en el subsuelo y son de las más activas. A ellas se agregan la falla de La Laja (terremoto de 1944) y la del terremoto de Caucete de 1977 bajo la sierra de Pie de Palo, al este de la ciudad de San Juan”, enumeró.
El legado de Patricia Alvarado
La doctora en Geofísica y primera directora mujer del INPRES, fallecida en junio de 2022, dejó como legado muchos avances en tecnología para estudiar los sismos. Esto fue, recuerda el Dr. Gustavo Ortiz, gracias a sus iniciativas que la llevaron a contactar y ser parte de proyectos nacionales e internacionales. Con el CONICET, y por su inquieta gestión, se adquirieron los sismógrafos y las estaciones sismológicas con las que trabajan los investigadores.
En tanto, desde el Observatorio Sismológico de CONICET, también creado por Alvarado en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNSJ, se desplegaron las estaciones sismológicas. Los trabajos para estudiar el terremoto de 2021 se encaran junto con el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES).
Además, los trabajos en San Juan también tienen repercusión internacional y se hacen en conjunto con esa comunidad. Los lazos con ella también los entabló la Dra. Alvarado. “Nosotros los continuamos y seguimos su legado. Tratamos de reforzarlos porque nos ayudan a poder estar en un ejercicio continuo de la ciencia y actualizarnos. Por otro lado, está la posibilidad de financiarnos a través de los proyectos internacionales, como el TANGO que nos prestó microsensores que colocamos en las casas sanjuaninas para medir la actividad en nuevas zonas”, sentenció.
El epicentro
A 54 kilómetros al suroeste de la Capital de San Juan, en la ladera de una montaña del Cordón de las Osamentas, en la Precordillera Central, las grietas, los desprendimientos de rocas y los signos de licuefacción del suelo fueron para los investigadores del CONICET, la UNSJ y el INPRES, los indicadores que estaban ante la zona del epicentro del terremoto.
Importantes daños se registraron una amplia zona poblada, comprendida entre La Rinconada y Carpintería, lo que hizo pensar en principio que el origen estaba ahí.