Actuar y ser público de obras de teatro es para las personas de la comunidad sorda en San Juan un escenario cuyo telón quiere abrirse y comenzar una función más en el camino de la verdadera inclusión. Ese es el propósito de Romina Pereyra, intérprete de lengua de señas y profesora de teatro sanjuanina, que está movilizando a colegas y personas sordas a animarse a ser parte del mundo teatral a través de un elenco. El proyecto está en su fase preliminar y con toda la fuerza creativa para avanzar de cara al 2024.
"Mi sueño sería lograr accesibilidad en la cultura para las personas sordas, desde mi formación teatral. Tuve la posibilidad de hacer una capacitación con el Teatro Cervantes sobre “Teatro y Señas en el escenario” y me formé con unos genios. Han avanzado a pasos agigantados", destacó Romina a Diario La Provincia SJ.
El propósito de Romina es abrir esa puerta a escenarios, tanto desde la traducción como desde la interpretación. Y en pandemia, incluso, tuvieron un “debut inesperado” ya que la información sobre el coronavirus no llegaba a la comunidad sorda de forma entendible. Estaban netamente incomunicados y eso generó mucha angustia e incertidumbre.
“En ese entonces, tuvimos la posibilidad con un grupo de actrices independientes de hacer una experiencia en streaming. Un mismo texto estaba atravesado por cuatro actrices y fue una apertura hermosa ya que tenía libertad plena creativa. Mi texto, en ese momento, lo realicé en lengua de señas. Por otra parte, también hemos interpretado canciones y obras de teatro pero hay que capacitarse ya que ellos tienen su propia estructura gramatical y sus intenciones comunicativas”, explicó.
Resaltó, en ese marco, que San Juan tuvo varias exitosas funciones de “El hombre que perdió su sombra”, del Teatro Cervantes, que era plenamente inclusiva. “Tras ello, estoy entusiasmando a otras intérpretes, invitando a las personas sordas que vayan, que prueben y expongan su necesidad de ser considerado como público cultural en nuestra provincia. Es algo que intentamos visibilizar desde nuestro lugar pero bregamos para que ellos también lo hagan. Tenemos que golpear puertas para que haya iniciativas. Hace falta más “darse cuenta” de esto. Vamos transitando ese camino”, reflexionó.
Ahora, además, cuentan con otra herramienta para hacer valer sus derechos gracias a la Ley Federal de Lengua de Señas. “Ellos llevan muchos años sin accesibilidad a la cultura. Además, necesitamos que sean captados como público: les tiene que llamar la atención, atraer de alguna manera y eso, es un trabajo importante”, acotó.
Lo que viene
Para el 2024, Romina quiere abrir el telón y formar un elenco teatral de personas sordas. La formación será a través de talleres y “el armado será desde la lengua de señas. Para ello, tengo herramientas pero sumaría más gracias a mi capacitación en el Teatro Cervantes y un intercambio con mis profes".
Las personas oyentes podrán participar pero es necesario que sepan lengua de señas ya que será la base. “Es el objetivo y no es nada menor tener presente que la convocatoria tiene que hacerse desde la lengua de señas. Además, considerar que no todos los sordos saben lengua de señas, no todos saben leer y hay que llegar a todos, con los recursos que tengamos”, marcó.
Para este proyecto, Romina apuesta a todo lo que aprendió del teatro: “me desestructuró y enseñó a tener otra mirada de las cosas que se afrontan y también de la vida en sí misma. Uno se libera de prejuicios y nos rodeamos de personas con distintos pensamientos, logrando aperturas interesantes. Con el teatro, uno puede sacar muchas cosas de sí mismo, romper y pararse de otra forma en lo artístico, en lo cultural y en lo personal también”.
Perfil
Además de ser intérprete de lengua de señas hace 10 años, Romina Pereyra es docente, profesora de Educación Física y recientemente, sumó su título de profesora de Teatro, muestra de una vocación inagotable relacionada a la enseñanza.
Puso en valor que en San Juan, el dictado de cursos de lengua de señas está a cargo de personas sordas que transmiten su lengua materna. "Nuestra formación es con y desde la comunidad sorda y ellos nos enseñan y dan aval", dijo.
Y recordó que "desde 2016, comenzamos a formar una Asociación de Intérpretes de Lengua de Señas y nuestro trabajo está en abrir las barreras que tiene esta comunidad y la principal es la comunicacional. Por eso, tratamos de incluir la lengua de señas en diferentes ámbitos. Por lo general se nos convoca en escenarios de jornadas, discursos y conferencias pero queremos ir más allá y abrir espacios en salud y educación".
Acerca de por qué surgió su necesidad de formarse en lengua de señas, comparte lo que hoy es una anécdota pero que en su momento fue una pared que parecía infranqueable. “Cuando estaba terminando mi carrera de Educación Física, en Educación Especial me tocan prácticas en la Escuela Bilingüe. Y fue entonces cuando me vi totalmente desprovista de herramientas lingüísticas para comunicarme con los chicos. Me encontré con profes y seños que sabían lengua de señas y yo, me frustré”, afirmó.
Romina sintió que de nada valía su esmero en la planificación de sus clases y las dinámicas ya que no podía comunicarse con sus alumnos. “Fue una barrera pero ante todo supe que era yo, la oyente, la que no tenía la herramienta para comunicarme. Entonces, me encontré con un profe generoso que me enseñó las señas básicas para desenvolverme en las clases”, dijo.
Más allá que ese fue su primer incentivo para aprender lengua de señas, agregó que se dio cuenta que “el rol del intérprete es muy grande para ser puente de comunicación. Es una responsabilidad enorme que no todos quieren asumirla, pero si uno se arriesga a hacerlo es hermosa. Se rompen barreras, se logra accesibilidad en muchos ámbitos y nos sentimos muy útiles”.