Entre el invierno y la primavera, los sanjuaninos suelen consumir conservas ya sea industrializadas o de fabricación casera para acceder a alimentos fuera de estación. Es por ello que es fundamental tomar cuidados para "mantener a raya" una enfermedad que puede esconderse en ellos y causar cuadros graves e incluso, la muerte. Se trata de botulismo que, afortunadamente, tiene cifras esperanzadoras en San Juan.
"Desde hace 10 años, en San Juan no tenemos casos de muerte por botulismo y esperamos llegar a fin de año sin casos. Estamos atentos porque esta es la época en la que más casos aparecen", destacó a Diario La Provincia SJ, el Dr. Roque Elizondo, responsable de Medicina Sanitaria del Ministerio de Salud Pública.
En particular, se hizo énfasis en el consumo de salsas de tomate, uno de los productos de elaboración tradicional por las familias sanjuaninas. "Hay que tener en cuenta que si consumimos salsas caseras, este tipo de alimentos puede provocar una enfermedad transmitida por alimentos que es el botulismo. En San Juan hemos sufrido consecuencias por intoxicaciones por salsas contaminadas por la bacteria Clostridium botulinum. Hablamos que se pueden elaborar salsas pero hay que tener mucha precaución a la hora de comprar y manejar los insumos. Hablamos tanto de los recipientes como de las tapas y sobre todo, una buena higiene personal de quienes manipularán estos elementos. Esto es porque la bacteria puede estar en algunos de estos elementos y es envasada junto con la materia prima", explicó.
Cuando se destapan las botellas, podemos encontrarnos con el alimento contaminado. "El botulismo afecta al sistema neuromuscular y los pacientes, al cabo de horas, pueden terminar internados con cuadros severos de intoxicación", destacó.
Lo que recomienda Elizondo, en este caso y para mayor seguridad, es no consumir salsas en estado crudo, esto quiere decir que hay que cocinarla nuevamente para preparaciones como tucos o hasta ensaladas. "Los sanjuaninos que se enfermaron consumieron las salsas crudas. A veces uno lo hace por practicidad: llegar a casa y consumir el producto así como está. Vale resaltar que la salsa puede tener o no un olor fuerte. A veces, las bacterias despiden gases para poder subsistir pero en algunos casos no tiene ni mal olor, ni mal sabor pero está presente. Hay que prestar atención, asimismo, a que las tapas no estén oxidadas por dentro".
Por ello, el producto tiene que hervir a más de 120º para eliminar los microorganismos, acotó. Además, afirmó que en caso que se abra una botella de salsa y no se consuma por completo, debe hacerse al cabo de 24 a 48 horas y mantenerse refrigerada.
"Hemos recibido denuncias de consumidores que nos traen salsas con moho pero al preguntarles hace cuánto la tenía, nos dicen que lleva una semana. Eso no corresponde y tenemos que hacer un consumo cada vez más consciente y seguro", advirtió.