Con picardía y a la vez, mucha seguridad, Jazmín Echegaray Pérez (5 años) tiene muy en claro lo que hace. Toma a sus muñecos bebés y coloca su cuerpo en posición para hacer dos maniobras que todos deberíamos saber. Se trata de RCP (reanimación cardiopulmonar) y la maniobra de Heimlich, que es un procedimiento de primeros auxilios para desobstruir el conducto respiratorio. Ambos claves, ambos sencillos y tan valiosos que la nena sanjuanina se los enseña a sus compañeritos de sala de 5 de Nivel Inicial en el colegio El Tránsito de Nuestra Señora, en Capital.
El ejemplo de su mamá fue clave para que ella aprendiera y lo que genera orgullo en su familia es que todo nació de su propia iniciativa. Marianela Pérez, licenciada en Enfermería, docente universitaria e instructora en RCP, contó a Diario La Provincia SJ que descubrieron a Jazmín practicando con sus muñecos. "Cuando terminé una capacitación, fui a buscarla y me derretí al escucharla: "si tu hija se te está ahogando, hacé esto" e imitaba lo que yo enseñaba en clases virtuales. ¡Me sentí tan feliz! Nos dijo que le gustaba aprender a ayudar", relató.
Con ese entusiasmo, Marianela hizo parte de sus capacitaciones a Jazmín que participaba en la demostración de las maniobras practicadas en niños. "Ella participaba muy entusiasmada. Además, era parte de mi espacio en redes sociales "Transmitiendo Cuidados" haciendo RCP y enseñando otro tipo de cuidados como el lavado de dientes. Siempre aporta para la salud", remarcó.

Y en ese compromiso, dio una nueva sorpresa a Marianela y Fabricio, sus papás. "Nos llamaron del colegio para darnos una hermosa noticia. Su seño Rocío y la directora nos felicitaron porque Jazmín les había enseñado a hacer RCP a sus compañeritos. Hasta había ido un poco más allá y les había hablado de heridas y sus cuidados", relató la profesional. La nena mostró en muñecos, con precisión y claridad, dónde y cómo presionar el pecho para reanimar a alguien que haya sufrido una descompensación cardiopulmonar. De la misma manera, cómo tratar a una persona que se está ahogando, por ejemplo, para que así expulse el elemento que impide respirar. Eso implica realizar golpes con la base de la mano en la espalda del afectado así como una presión en el abdomen de quien se asiste, ayudándose con el propio cuerpo.

Como familia, resaltaron lo significativo que es para los chicos aprender de vocación de servicio y cómo observan a los adultos. Tal es así que la pequeña juega a ser como su mamá, que trabaja en el Hospital Rawson y Universidad de Congreso, sede San Juan, y convierte el comedor de su casa en una auténtica "sala de emergencias".

"Me cuenta que atiende a sus muñecos por lesiones y fracturas. Y así como yo tengo mi botiquín, ella tiene el propio. Ambas, hacemos primeros auxilios", resalta. En ello, la cinta de papel es su gran aliada, comentaron entre sonrisas.
Un conocimiento vital
Jazmín es muy expresiva y simpática. En la entrevista, repasa los nombres de todos sus compañeritos a quienes les enseñó RCP. También que practica RCP a Benicio, Celeste, Huguito y Flor; sus muñecos bebés.
"Hacemos RCP para salvar vidas", afirma acariciando a uno de ellos, entre los brazos de su mamá. Marianela le pregunta, además, algo muy importante que aprendió. "Para emergencias hay que llamar al uno, cero, siete (107)", destacó.
Marianela destacó que los chicos tiene que aprender de esa manera ya que pueden hacer una llamada, al reconocer los números. "Si les decimos ciento siete, es probable que no puedan hacer. Es más útil enseñarles así al igual que el nueve, uno, uno para marcar al novecientos once (911). Ahora, se está enseñando RCP en Nivel Inicial y es un gran avance. En su lenguaje, poco a poco pueden aprender y practicar con sus muñecos, bebote o peluche. He sido convocada por algunos colegios para capacitar, también en Primaria y en Secundaria y es muy buena la respuesta".
Como mamá y profesional, no esconde su emoción: "a veces se me corren las lágrimas. ¡Jazmín es tan chiquita y ya quiere ayudar! Siempre tiene gestos solidarios con sus compañeros y hasta con la comunidad. Me pidió que hiciéramos un regalo a los recolectores de residuos. Pasaron y los esperábamos con carteles y sandwiches. ¡No se lo imaginaron! Se emocionaron al verla con una bandeja y su gesto tan lindo".
Amor y ejemplo
Jazmín también aprendió otra de las pasiones de sus papás: la huerta. Desde pequeña "aprendió a trabajar la tierra" y ha cultivado desde tomate, ajíes y pimiento hasta acelga y zapallo. También colabora con su papá en el cuidado y cosecha de frutales.
"Me encanta que ella imite y copie lo bueno de cada uno. Muchas veces no nos damos cuenta de lo que los hijos absorben de nosotros y nos sorprende para bien. Ella razona, cuestiona y busca soluciones a problemas. Desde los 3 años está pendiente de lo que hace su mamá y de lo que me apasiona a mí que es la huerta", resaltó Fabricio, que trabaja en Informática y también se sorprendió de la facilidad con la que la nena aprende el manejo de programas.
Para este día de las Infancias, destacó que "quisiera que Jazmín sea feliz porque lo demás, viene solo. Compartimos con ella un tiempo de calidad y familia". Por su parte, Marianela agregó: "que Jazmín pueda hacer lo que le gusta y siga siendo feliz y solidaria".