Precios

Entre aumentos constantes y mercadería que no se vende, feriantes trabajan preocupados en San Juan

Los vendedores sufrieron subas varios días de la semana y eso los llevó a aumentar el precio a los consumidores finales por arriba del 22%, porcentaje de la devaluación del pasado lunes post PASO.
sábado, 19 de agosto de 2023 08:55

Los pasillos del Mercado de Abasto en Capital, donde es habitual encontrar a miles de personas recorriendo, mirando precios, degustando frutas que algún vendedor da a probar para incentivar la venta, y hasta compartiendo cafés y churros con amigos o productores de confianza con quienes tratan desde hace años, esta semana se vieron casi vacíos tras la suba en los precios. 

"Como nunca antes se vio", según remarcan en un puesto, los vendedores sufrieron subas varios días de la semana y eso los llevó a aumentar el precio a los consumidores finales por arriba del 22%, porcentaje de la devaluación del pasado lunes post PASO.

"El choclo está caro, está a $300 cada uno y $10.000 el cajón; el zapallito zucchini $1000 el kilo; las berenjenas en $800 y el tomate en $700 y la banana igual. Se fue todo muy caro, a precio dólar, pero no podemos bajar más que eso a un dólar de $750. Lo más fácil que se consigue son productos de Carpintería y Media Agua", comenzó contando Gonzalo del puesto Farías, a Diario La Provincia SJ.

Otros de los productos que sufrieron aumentos considerables en los últimos días fueron las mandarinas y las manzanas, que se consiguen entre $600 y $700. "A partir del martes ya nos llegó todo muy caro, más de un 20%, una caja de bananas vale $9.000 cuando antes valía $5.000", detalló. 

Y, en esta situación, aunque a los clientes de siempre se les haga rebajas, aseguró que es difícil hacerlo con las frutas ya que después no registran ganancias. "Ahora llevan un poquito más de cosas de verdura como antes lo hacían de frutas, ahora llevan más verdeo", destacó. Y agregó sobre los productos de estación: "Antes venía la bandeja de frutillas de medio kilo a $1000 y ahora están las bandejitas de $400 que traen 8 unidades, es lo más económico que se pudo conseguir, no es calidad premium". 

"Nos preocupa que no venga más gente, porque ahora van pasillos por pasillo buscando puesto por puesto. Ven que les conviene en uno, compran un tiempo ahí hasta que suben los precios y se van a otros. Eso nos preocupa mucho, uno no sabe si va a llegar a la semana", expresó con preocupación, pero tratando de mantener la sonrisa. 

De puesto familiar, los Farías trabajan allí desde hace 40 años y ahora lo hacen en conjunto Raúl y sus hijos. "Las papas se fueron a $6200 la bolsa es una locura. El consumo de la gente bajó esta semana a comparación de la semana pasada que estuvo lindo. De los años que tengo acá, no he visto esta situación ni lo que están viviendo los jubilados", sostuvo con congojo. 

Ese mismo panorama es que se vive en la mayoría de los puestos, donde, en algunos, apuestan a promociones en algunos productos para que se vendan y no perder esa mercadería. En otros, al ver que la fruta queda en los cajones y "no sale", la pena invade a los comerciantes que apuestan a muchas estrategias para lograr las ventas. 

"La variación de los precios la vivimos horrible, de un día para el otro las cajas subieron $2000, eso de fruta y si vamos a la verdura, por ejemplo la papa está aumentando $200 por día, hoy sale $6500 una bolsa, pesa 16 kilos", expresó otra puestera del lugar. 

Del otro lado del mostrador, la misma preocupación que invade a los comerciantes también la llevan los clientes, quienes eligen gastar más tiempo en conocer precios en diferentes puestos y encontrar la conveniencia al bolsillo. 

"Hay mucha incertidumbre, venís acá y hay cosas que tienen precios y otras que no (...) Está a la vista que no ves a nadie en un día hábil, vengo a lo necesario sin ningún gusto. Los niños deben comer así que tengo que llevar frutas, por ahí uno grande se la aguanta pero para ellos hay que llevar", resaltó Sergio, un cliente que esperaba para ser atendido en uno de los pasillos, mientras evaluaba los productos.

"Yo recién estoy empezando a comprar, pero está muy difícil, pero hay que tener paciencia porque sino nos vamos a terminar enfermando", resaltó Isabel, una jubilada en la misma situación. "Me permitía hace un tiempo algún gustito, ahora llevo lo necesario", remarcó. 

Pese al panorama, todos mantienen un mismo común denominador, la sonrisa en el rostro que los ayuda a paliar la situación, y la esperanza de que en los próximos días haya estabilidad en los precios que les permita trabajar con mayor tranquilidad. 

 

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