A unos 16 kilómetros al oeste de la Ciudad de San Juan, en las conocidas Sierras de Marquesado ubicadas a la vera de la Ruta 115 o Avenida Libertador General San Martín, hace apenas dos meses se comenzó con la ejecución de una de las obras clave para el desarrollo turístico y económico de la provincia. El esperado Túnel de Zonda, de más de 1 kilómetro de extensión, que unirá a los departamentos de Rivadavia y Zonda sin la necesidad de atravesar la Quebrada.
Relevante y prometedor, el futuro by pass para el flujo vehicular rápido y de carga, y de accesibilidad a la atrapante Ruta Interlagos, formará parte de un recorrido turístico que inducirá al corazón de la montaña y al perilago a millones de viajeros que lo atraviesen, marcando un antes y un después en la historia sanjuanina.
Justó ahí, en donde comienza a gestarse el Túnel, un reducido grupo de mujeres entre más de cien hombres, algunas con experiencia en obras y otras haciéndolo por primera vez, dejan su huella para la posteridad. Entre ellas, Tania Ribes, Florencia Guzmán y Fernanda Cáceres, junto a la apertura del túnel, también abren un camino para la mujer en nuevos trabajos de campo enmarcados en la Ley de igualdad de género en el ámbito laboral.
Tania, licenciada en Salud y Seguridad en el Trabajo con especialización en Medio Ambiente, está en obra desde abril. Con experiencia en minería ya que trabajó en la Mina Veladero durante 13 años, decidió apostar a estar más cerca de la familia y la crianza de sus hijas, por lo que la oportunidad de trabajar en el Túnel fue justo lo que necesitaba para su propósito.
“Si bien estoy acostumbrada al manejo de mucho personal, de tres mil personas aproximadamente, acá no hay esa misma cantidad, pero nos movemos entre hombres que es el gran desafío que tenemos. A su vez, el desafío laboral de la apertura del túnel. El hecho de que antiguamente este tipo de trabajos estaba destinado solamente a hombres, hoy, con la igualdad de género en el ámbito laboral, una impone su impronta de trabajo y se enfrenta día a día en cuestiones laborales”, contó a Diario La Provincia SJ.
La Licenciada controla a la empresa contratista en todo lo que es Higiene y Seguridad en el trabajo haciendo cumplir la normativa vigente y, también, trabajando con otras mujeres que brindan información en base a la planificación de actividades, como voladuras y perforaciones, entre otras.
A su lado, y en la base de la obra está Florencia, una socióloga que por primera vez lleva el estudio de las sociedades humanas a este campo. A cargo de la inspección del área social, ingresó hace apenas un mes en medio de un gran desafío personal: abrir el campo de trabajo de esa ciencia en San Juan.
“Lo que hago es que la empresa cumpla con la responsabilidad social que tienen mes a mes, por ejemplo, en las relaciones con la comunidad, en un plan de comunicación, conflictos que puedan llegar a surgir”, explicó a este medio. En este aspecto, reveló que al ser la primera vez en la que se desarrolla en una obra de estas características, sintió temores, aunque su apuesta la impulsó aún más a lograrlo.
“Creo que es un aprendizaje del día a día, uno siempre aprende en el hacer, por más que se tenga la teoría en la práctica es totalmente distinto. La sociología no tiene incidencia en este campo, entonces es muy bueno, pero está muy bueno que a nuestra área se nos den estos espacios porque hay mucho por hacer”, resaltó con orgullo.
Por su parte, Fernanda es arquitecta con dedicación a la parte de Gestión Ambiental, trabajó en la Secretaría de Ambiente y cuenta en su haber con un interesante inventario de obras de las que ya formó parte, como, por ejemplo, la Ruta 150 con sus seis túneles y otras tantas en el país. Integrante de Vialidad Nacional, cuenta que con el Túnel de Zonda siente el desafío particular de las características de la obra ya que trabaja en ella desde sus orígenes hace varios años.
“Evalúo a la empresa en el Plan de Gestión Ambiental y que cumplimente con las condiciones de la Declaración de Impacto Ambiental, y todo lo referido a la legislación provincial. Vemos todo lo que es Gestión de Residuos, Plan de Erradicación, de reforestación, hacemos el monitoreo de agua, suelo, calidad de aire y de ruido, entre otros”, detalló.
El trabajo, la familia y los proyectos personales
Orgullosas del camino que gestan, las tres profesionales saben muy bien cómo combinar sus tareas dentro de la obra con otros desafíos fuera de ella. Tania es una de las vive un proceso de transformación personal ya que, a diferencia de subir a la mina, la apertura del Túnel se encuentra a pocos kilómetros de su casa, hecho que hace que pueda estar con su familia todos los días.
“La decisión de trabajar en esta obra me abrió el panorama con respecto a la familia y nos vamos manejando en el día a día. Mis hijas de 24 y 16 años se manejaron mucho tiempo solas, ahora cuando llego a casa me esperan con la comida a mí y a mi marido. Los sábados y domingos no estamos en obra así que ahí lo disfrutamos un poco más, Con respecto al trabajo anterior donde las veía cada 14 días, pasaba a ser, no un miembro de la familia, sino un ‘adorno’. Ahora estamos compartiendo más como, por ejemplo, el viaje de egresados de mi hija menor, que con la más grande no pude. Estamos armándonos nuevamente”, expresó con la emoción en sus ojos, pero feliz de su presente.
En tanto que Florencia, firme a continuar con sus sueños y deseos personales, cuando no está en la construcción, enfrenta las pruebas diarias de criar a su hijo del corazón y, además, seguir la carrera universitaria de Educación Física.
“Entrenamiento, carrera, trabajo… uno aprovecha el fin de semana para ponerse a estudiar y se lleva. Es la segunda carrera, que no tiene nada que ver con la sociología, pero es un pendiente, voy en el día a día. Cuando llegó la propuesta de la obra le di prioridad al trabajo, Educación Física es un deseo personal, si me tengo que demorar un poco más, lo haré. El campo de la sociología es muy reducido y la decisión también se inclinó por ese lado”, dijo.
En tanto que Fernanda contó que, con organización, entrelaza sus actividades diarias con la pasión que siente por el trabajo en terreno. Además, resalta la cercanía del punto de obra con la ciudad, que en menos de 30 minutos le permite llegar a casa y disfrutar de otros tantos momentos que antes se veían dificultados.
“Acceder a una obra de estas características en un entorno cercano al que vivimos, me encanta. Me gusta mucho la obra y llevar la parte de Gestión Ambiental, estar en oficina no es lo mismo que estar en campo y esto me encanta”, cerró.
Sueños en común
Finalmente, así como el Túnel atravesará la montaña, las tres revelaron tener objetivos personales y sueños atravesados por una misma obra que hoy las lleva a pensar en ese tan ansiado logro de decir ‘yo participé en esto, acá estuve yo’.
“Estar en esta obra es emocionante, es un túnel que va a unir todo el valle productivo, Zonda y Ullum con el área metropolitana y que, el día de mañana va a ser conexión para la Ruta Provincial N12. Desde la planificación estratégica, es proyecto es clave, un 100”, reflexionó Fernanda. Tania aseguró sobre su propósito: “Generar la influencia en las personas a través de la seguridad, el cuidarse a sí mismo y a mis compañeros es fundamental para lograr el objetivo”. En tanto que Florencia reveló buscar la visibilización de la sociología y sacarla del ámbito habitual. “Este tipo de trabajos abre el panorama para decir que el campo es mucho más rico y hay mucho más por hacer”.
Con un presupuesto de $8.469.138.894,96; el Túnel de Zonda, que además dotará de gas natural, internet y electricidad a los habitantes de la zona, cuenta con el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y se espera que durante el pico de la obra alcance los 500 puestos de trabajo.
Posee una proyección de ejecución de 24 meses y está a cargo de la empresa Queiroz Galvao Construction SA.