"Don Mario Vega, nos abrió las puertas de su casa, en su querido Colangüil para la fiesta de San Isidro. Una vez adentro somos una nueva familia". Así comienza el relato del fotógrafo Lucas Poblete acerca de lo que vivió en su visita a Colangüil, la localidad de Iglesia que días atrás celebró el cierre de su fiesta patronal honrando a San Isidro Labrador. Se vivió un clima de hermandad y fraternidad en un lugar que resguarda reliquias invaluables desde la historia.
Es que la capilla de San Isidro tiene "las antiguas puertas que eran de la Catedral de San Juan y que fueron su portal en la época del terremoto de 1944. Al derrumbarse la iglesia, tiempo después llegaron para ser parte de la capilla" resaltó Lucas en diálogo con Diario La Provincia SJ. Él mismo tomó detalle de las puertas, que están talladas y resaltan por su particular hermosura.
Con historia en su madera, ahora son parte de la única capilla del pueblo que aguarda cada año con fervor la fiesta patronal. Este año, Lucas destacó la hospitalidad de Mario Vega, un vecino que es muy comprometido con la comunidad y la iglesia. "Cuando llamamos a la puerta, le emoción en los ojos de don Mario, son fiel reflejo de su alegría de vernos llevar hasta allí. Estos son gestos y tradiciones que perduran a través de los años. Que todos tengan a un Don Mario Vega en su vida", había relatado Lucas.
A propósito de Mario, contó que "para la fiesta de San Isidro, le gusta invitar gente de otros pueblos ya sea familiares, amigos y autoridades para que sean parte y visiten su casa. Los recibe con un gran almuerzo, preparado por su familia. Tiene un comedor grande en su casa y los llena de mesas y sillas para sus invitados. Que él te invite, representa un gran honor y para él, es gratificante contar con tu presencia. Por eso, al recibirte, se emociona mucho. El almuerzo es como un ritual que es parte de la fiesta de San Isidro; todo un acontecimiento para el pueblo. Y lo que hace Mario en su casa, lo replican también otras familias".
El fotógrafo iglesiano resaltó que las empanadas y el asado fueron preparados por Mario y su familia, con mucho corazón: "es muy gratificante que sus invitados vayamos a su casa. Es muy linda su atención y que se mantengan esas costumbres, año a año".
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