La fiesta que celebra el cultivo de la vid, el vino y la labor volvió a brillar bajo el lema “Caucete, gente de buena fe” en el departamento de Caucete tras dos años de ausencia por la pandemia del coronavirus. La XXIV edición de la fiesta comenzó con la procesión y cabalgata donde participaron diferentes agrupaciones gauchas que, en su recorrido desde La Puntilla hasta la Parroquia Cristo Rey, trasladaron la figura del San Isidro Labrador para llevar adelante la Bendición de los Frutos.
Luego de la bendición del cultivo de la vid, los cauceteros y visitantes pudieron disfrutaron de los espectáculos de la orquesta municipal, El Riojano, academias folclóricas, Arraigo Identidades y el conmemorador cierre de Guitarreros.
Durante la velada, la intendenta Romina Rosas, reflexionó: "Caucete es una ciudad netamente vitivinícola, pero sin lugar a duda la familia el amor y las tareas del día a día de cada uno de los cauceteros es lo que venimos a celebrar".
La celebración continúa este viernes 3 de marzo en Predio Municipal (ex bodega El Parque) con la presencia de Sergio Galleguillo y su chaya riojana, Miguel Martín y el humor de El Oficial Gordillo, Claudia Piran y demás exponentes. Los visitantes podrán disfrutar de ferias de artesanos, stands municipales y ministeriales y una gran oferta en el patio gastronómico.
Historia de la fiesta
A principios del siglo XX, el cultivo de la uva por parte de varios agricultores convirtió al vino en su principal producto. De esta manera, los viñedos desplazaron a la ganadería y a otros cultivos. La mejor adaptación a la tierra respecto a la vid, convirtieron a la uva en el principal cultivo de la zona. Por ello, desde hace décadas y a pesar de los vaivenes sufridos, los habitantes de Caucete realizan un sentido homenaje a la actividad vitivinícola local y provincial. Organizada en el mes de marzo por la municipalidad, se ha configurado como una significativa celebración de los frutos cultivados y cosechados.
La primera edición data del año 1980. El encuentro se centraba en los tradicionales asados de finalización del trabajo de cosecha, y con el tiempo sus organizadores fueron expandiendo las actividades. Sin embargo, por problemas económicos y organizativos, impidieron su realización permanente, al punto de suspenderse durante siete años. Empero, el crecimiento productivo experimentado originó el regreso de la fiesta, con una grilla mayor y un renovado interés por parte de los habitantes de Caucete.
