Manifestación de fe

Santa Águeda: los sanjuaninos honran a la intercesora por los enfermos de cáncer

Este domingo finaliza el triduo en su honor en la parroquia "Santos Cosme y Damián" y se espera un gran número de fieles.
domingo, 5 de febrero de 2023 15:05
domingo, 5 de febrero de 2023 15:05

Con fe y enfocando la sanación como un proceso del cuerpo y del alma. Así asisten los fieles a la parroquia "Santos Cosme y Damián", en Rawson, para honrar a Santa Águeda, protectora e intercesora de los enfermos de cáncer, cuya memoria recuerda este domingo el santoral. Hoy se cerrará un triduo y se espera un importante número de fieles.

La parroquia, a cargo del sacerdote Rodrigo Robles, no sólo tiene la imagen de la joven santa y mártir sino que atesora una reliquia con la que se bendice a los fieles. También se entregan botellas de agua bendita y pañuelos bendecidos a quienes van por primera vez a las misas (se celebran todos los días 5) y al final de la misa, es posible escuchar testimonios de pacientes de cáncer y de personas recuperadas que detallan cómo la fe los ayuda a transitar el difícil proceso de enfermedad.

La parroquia tiene una reliquia de Santa Águeda, con la que se bendice a los fieles.

Este domingo, habrá una procesión a las 19:30 y luego, a las 20, la celebración de la Santa Misa. La parroquia se encuentra en las calles Magallanes y José María Paz, en Villa San Damián, Rawson.

Quién fue Santa Águeda

Cada 5 de febrero la Iglesia recuerda a Santa Águeda de Catania, una joven que consagró su virginidad a Dios y que murió martirizada durante la persecución ordenada por el emperador romano Decio (siglo III).

A las misas, se pueden llevar fotos de los enfermos que no pueden asistir.

Durante la persecución de Decio, el procónsul Quintianus (Quinciano), gobernador de Sicilia, intentó enamorarla, pero Águeda rechazó cada una de sus propuestas. Esto enfureció tremendamente al procónsul, quien ordenó que fuese llevada a un prostíbulo como castigo.

Contra lo que Quintianus esperaba, Águeda se las arregló para mantener su promesa al Señor en aquel lugar. Por tal motivo, puesto sobre aviso, el procónsul  mandó someterla a una seguidilla de vejaciones: primero que la torturen para luego cortarle los senos. Cierta hagiografía conserva sus palabras ante tamaña maldad: “Cruel tirano, ¿no te da vergüenza torturar en una mujer el mismo seno con el que de niño te alimentaste?”

Águeda logró sobrevivir a los espantos que se cometieron con ella y se dice que, durante la noche, el Apóstol San Pedro se le apareció para animarla y curar sus heridas. Como los soldados se percataron de que estaba repuesta, las torturas continuaron, y Águeda acabó entregando la vida el día quinto del mes segundo (5 de febrero) del año 251, destacó ACI Prensa.

Cada noche del Triduo contó con una importante asistencia de fieles.

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