Día internacional

ONG Huellas celebra un nuevo Día del Voluntariado

Esta jornada está dedicada a reconocer y honrar a los miles de voluntarios que, con su compromiso desinteresado, contribuyen a hacer del mundo un lugar mejor.
martes, 5 de diciembre de 2023 17:55
martes, 5 de diciembre de 2023 17:55

El 5 de diciembre marca una fecha de especial significado en el calendario a nivel internacional, ya que se celebra el Día del Voluntario. Esta jornada está dedicada a reconocer y honrar a los miles de voluntarios que, con su compromiso desinteresado, contribuyen a hacer del mundo un lugar mejor.

Es un momento para destacar la importancia del voluntario en la construcción de una sociedad más solidaria y justa. Es así que conoceremos la historia de Ezequiel Rodriguez, argentino que ganó el Premio Iberoamericano al Liderazgo Social. El cual quizá pasó desapercibido, pero del que contaremos más.

Fundador de una organización

Ezequiel es un emprendedor social, que en el 2007 generó un proyecto que inspira, al crear la ONG Huellas, una organización que ofrece a niños, jóvenes y adultos mayores la posibilidad de hacer algo por un tercero; realizando todos los sábados diferentes actividades que son parte de un pequeño proyecto de servicio.

Impulsando la iniciativa de que todos son capaces de colaborar con quien lo necesita por medio del voluntariado, fomentando también un rol activo en los niños y abuelos. Ganando así el premio Iberoamericano al Liderazgo Social 2023, promoviendo el interés en actividades de voluntariado.

Un premio otorgado por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y el Centro Ricardo B. Salinas Pliego. Este premio celebra el liderazgo, y saber que no solo se trata de tener grandes ideas, sino de dar una visión clara y comprometida con el bienestar común.

Rindiéndole así un homenaje a Eze, que con disciplina, resiliencia y empeño, ha querido cambiar la realidad, y sábado a sábado lograr lo extraordinario. Ha liderado con pasión y compromiso, convirtiendo la organización en referencia en el ámbito social en iberoamérica. Este galardón es un reconocimiento a sus capacidades de motivar y movilizar a los jóvenes, generando un verdadero impacto social.

Ezequiel ha sido reconocido por su destacada labor en su ONG, la cual fundó pensando en conectar jóvenes voluntarios con niños y ancianos de una manera novedosa, impactando positivamente sus vidas a través del compromiso solidario.

Niños y Ancianos como voluntarios

Se busca desafiar lo convencional al empoderar a niños de comedores y ancianos en hogares para que no sólo experimenten el juego, canciones, proyectos y otras acciones durante los sábados, sino que también se convierten en agentes de cambio. Esta innovación reside en invertir los roles tradicionales, en lugar de ser los que reciben la ayuda, son los que la dan. De algún modo ellos también se convierten en voluntarios, desde su lugar.

Todo esto es logrado por medio de proyectos, donde los niños y ancianos ayudados por los voluntarios colaboran con instituciones externas que trabajan con personas en situación de vulnerabilidad, convirtiéndose ellos mismos en agentes de cambio. Los voluntarios desempeñan un papel crucial en la vida de muchas personas.

En este día se destaca la labor de un voluntario en particular, cuyo esfuerzo y dedicación han marcado la diferencia en su comunidad. El Día del Voluntario es una oportunidad para agradecer a todos los que a lo largo del año, dedican su tiempo y esfuerzo a causas nobles, recordándonos que juntos podemos construir un mundo más solidario y compasivo. A través de su compromiso y su enfoque en la empatía, se ha convertido en un faro de esperanza y referente a seguir en el mundo del voluntariado.

El enfoque donde todos son agentes sociales, radica en la vivencia directa y en el impacto emocional. La creación de una cadena de dar, donde todos participan activamente, es indispensable para Eze. Hacer algo por el otro cambia la mentalidad y el estado de ánimo de las personas, generando un bienestar social y emocional.

También enfatiza el valor de aprender a dar sin esperar nada a cambio. Cuando se da genuinamente, se recibe un amor genuino que es completamente gratificante. Siendo una fuente de inspiración que fomenta el servicio y la empatía. Lo más importante es el impacto de demostrar que no hace falta dar más que tiempo para hacer feliz y cambiarle la vida a las personas, para dejar su huella.

Venció su timidez

Gracias al voluntariado aprendió y experimentó muchas cosas, una de ellas fue dejar ir su timidez. Ezequiel recuerda cómo lo invitaban a fiestas de 15 años y otros eventos sociales pero eso lo hacía sentir incómodo, incluso si iba era muy difícil para él; llegó una etapa en la que algunas personas lo empezaron a llamar “hombre de pocas palabras”, cuando en realidad era tímido.

Naturalmente, él tendía a hablar mucho, pero fue en la adolescencia que comenzó a tener actitudes asociales, tenía dificultades para vincularse con nuevas personas, no lograba expresarse con personas que no conocía. Las reuniones grupales y los festejos los evadía, igual que todas estas situaciones que lo podían hacer sentir expuesto.

En la escuela lo invitaron a realizar visitas a hospitales, se trataba de acercarse a los enfermos y charlar con ellos; hacerles un rato de compañía y acompañarlos porque muchos tenían un gran sentimiento de soledad. Con mucho esfuerzo y con toda la cara roja logró sacar conversación. Notaba como los pacientes valoraban y agradecían que esté ahí con ellos, de algún modo también lo estaba porque esa experiencia lo hizo descubrir un mundo nuevo para él. “No conozco a nadie que realice un voluntariado y no esté feliz al vivenciarlo” mencionó.

Le costaba al inicio, pero los resultados que veía era cómo le cambiaba el día a un internado que no tenía quien lo acompañara en esos momentos. Al poco tiempo empezó a realizar voluntariado en comedores, hogares de niños y asilos. Le pasaba lo mismo, pero luego se dio cuenta lo bien que hacía con su visita y fue mejorando. Comprendió la magnitud de su presencia para ellos, dejó de lado la timidez y solo pensaba qué hacer para que se sintieran agusto cuando iba, empezó a llevar el hábito del voluntariado a su vida social. Fue cuando aprendió a tocar la guitarra.

Estaba acostumbrado a ir a asilos, al final de cada jornada siempre alguien tocaba la guitarra, entonces decidió llevar la suya, nuevamente sintió todo su rostro enrojecido, pero quería generar ese momento especial, fue cuando empezó a tocar la guitarra, de repente esos encuentros se volvieron constantes, al final se dio cuenta que ellos lo ayudaron a él.

Cada sonrisa, cada agradecimiento, ese impacto que uno ve que genera lo hacían ir quebrando todos los sentimientos negativos de inseguridad y timidez. Y esta fórmula es replicable en todos lados. Desde un hospital, ir a un asilo, las reuniones sociales, la facultad, todas sus vivencias, inclusive su timidez; fueron lo que lo impulsó a fundar su organización. Un voluntariado donde son muchos los que le cuentan esta misma historia: antes era tímido, ahora ya no. Todo por el hábito de pensar en el otro.

PROYECTOS QUE GENERAN IMPACTO

Eso que nació como Huellas, algo de todos los sábados, se convirtió en una ONG que ya movilizó a más de 3 mil voluntarios en Argentina y Uruguay. Personas que descubren en el voluntariado un estilo de vida: Hacer algo por el otro. Los voluntarios en esta organización dedican dos horas para compartir y ayudar a personas en situaciones complicadas por medio de proyectos.

Estos siempre están pensados desde la perspectiva de un tercero. Voluntarios, abuelos y niños elaboran juntos materiales de servicio, como pulseras para personas sin hogar, juegos educativos para niños con Síndrome de Down y otras tantísimas causas.

Actualmente se está trabajando el proyecto “Cambiamos Vidas”, donde se realizan invitaciones pensadas para personas que están en un estado delicado como ansiedad, depresión y trastornos alimenticios; generando un valor enorme para las personas cuya salud mental se encuentra delicada.

ste es el caso de Julieta, una voluntaria en Huellas que lleva casi dos años lidiando con distintos problemas en su salud mental, pero que desde que inició el voluntariado ve la vida diferente, ese fue un punto de cambio en su historia, logrando hallar un propósito y apoyo emocional en esta comunidad.

Desde que llegaba a las instituciones la recibían con mucho amor, la llenaban de abrazos y le agradecen por ir cada sábado, y sus compañeros voluntarios eran un refugio donde ella se sentía a salvo. “Al psiquiatra voy una vez por mes, al voluntariado una vez a la semana, es un método de sanación distinto” concluye Julieta.

Un nuevo propósito

El Día del Voluntario es un recordatorio de la importancia de pensar en el otro. Ser voluntario implica mirar más allá de uno mismo, de nuestras necesidades y ser conscientes del impacto que genera pensar en un tercero. Es un acto de empatía que nos permite conectarnos con personas de diferentes circunstancias, edades e historias, recordándonos que nuestras acciones pueden marcar una diferencia significativa en la vida de los demás.

Cada gesto de servicio es un testimonio vivo de la capacidad que tenemos para construir un apoyo mutuo. Este 5 de diciembre, celebramos la generosidad, la amabilidad y la voluntad de hacer del mundo un lugar más cálido y solidario.

Nos inspiramos en voluntarios como Ezequiel y Julieta, cuyo compromiso nos recuerda que pensar en otros no solo enriquece sus vidas, sino que también nutre la nuestra, creando una red de amor y empatía que nos une a todos como seres humanos.

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